tribunales. juicio a un grupo de dominicanos procesados por un robo violento

"Nos dimos los móviles como paisanos, pero no hay amistad"

  • Los acusados de formar parte de la banda que perpetró un asalto a una vivienda en 2015 niegan que integrasen una organización

Los cuatro dominicanos procesados por participar, como grupo criminal, en el asalto a una vivienda en noviembre de 2015 en la zona de Puerta Tierra -llegando incluso a amordazar a la dueña y amenazarla con un cuchillo de grandes dimensiones- negaron ayer en el juicio que cometieran tal delito así como su pertenencia a la banda organizada que ideó este atraco.

Santos. S., líder del grupo según la Policía Nacional, explicó al tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial que viajaba con frecuencia de Cádiz a Madrid por su profesión, la de prostituto. "Soy chico de compañía, está bien pagado y si tengo que desplazarme para trabajar, lo hago".

El supuesto cabecilla declaró a preguntas del fiscal, la acusación particular y las defensas que no recordaba dónde se encontraba el día de los hechos, el 25 de noviembre de 2015. Sin embargo, las cámaras de seguridad de Tráfico captaron un turismo marca Audi habitualmente utilizado por él -si bien el dueño era un supuesto narcotraficante- entrando en Cádiz a primera hora de la mañana de ese día y saliendo de la ciudad horas después del suceso.

El encausado negó igualmente que recibiera "una sucesión de llamadas" a su móvil por parte del resto de procesados mientras el robo se estaba desarrollando, ni que tuviera relación alguna con ellos (salvo con su hermana, también acusada y con la que convivía en Cádiz desde 2014). "Nos dimos los móviles como paisanos que somos, pero no hay vínculos de amistad entre nosotros, no nos conocemos a fondo".

Según testificó ayer en la vista oral el instructor del atestado policial, cuando los agentes de la Policía Nacional procedieron al registro de la vivienda donde residían Santos S. y su hermana, hallaron cocaína (22,9 gramos), balanzas y bolsas de plástico para su preparación y posterior distribución, numerosos móviles y grandes cantidades de dinero fraccionado. De otra parte, y según las fuentes judiciales consultadas, Santos. S. cuenta con antecedentes policiales por llevar a cabo, supuestamente, secuestros exprés.

Los otros tres encausados, Leonardo. B., Cristian T. y Maribel M., quienes sólo contestaron a las preguntas de sus abogados, negaron cualquier participación en los hechos por los que están siendo juzgados. Leonardo y Cristian admitieron haber coincidido en la cárcel, pero no que mantuvieran relación alguna más allá de este encuentro concreto. Cristian dijo que él nunca había estado en Cádiz antes de su detención y Leonardo, que había perdido su móvil unos días antes del robo y que lo recuperó en diciembre de 2015. Maribel, por su parte, desmintió que ella fuese la persona que ofreció a la banda información de la casa a asaltar así como que hiciera una copia de las llaves de dicha vivienda.

Investigación policial

Ayer declaró como testigo de este caso el agente de la Policía Nacional instructor del atestado elaborado a partir de los hechos denunciados. Éste explicó que efectivos de la Unidad de Delitos Especializados y Violentos (UDEV) acudieron al domicilio objeto del robo para entrevistarse con las víctimas: la dueña de la casa y su asistente. Dado que la primera estaba "muy nerviosa", se centraron en la declaración de la segunda, que aportó "una descripción muy detallada de los atracadores".

Según el instructor, la empleada del hogar confirmó que justo antes del robo recibió la llamada de una de las acusadas, Maribel M. -asistente de la hija de la víctima- preguntando por el estado de salud de la propietaria, que había sido recientemente sometida a una operación. Este inusual interés le resultó muy llamativo.

El instructor explicó que acto seguido, tras colgar el teléfono, dos asaltantes accedieron al dúplex con unas llaves, sin forzar la cerradura. Entonces la empleada y la dueña fueron maniatadas y amenazadas por un hombre encapuchado y otro al que vieron parcialmente el rostro (y al que después identificaron).

La asistente manifestó que los ladrones preguntaban "¿dónde está la caja?, ¿dónde está la cadena?" insistentemente. Aseveró que hablaban en castellano, pero "con acento sudamericano". Este dato sirvió a la UDEV para tirar del hilo y llegar hasta la procesada Maribel M., acusada de ofrecer información de la casa y de la dueña al resto de la banda. En concreto, puso al tanto a Isolina, la hermana de Santos. S..

La Policía Científica llegó a "identificar plenamente" a uno de los procesados, Leonardo B., a partir de las huellas halladas en el inmueble asaltado. Los otros implicados fueron detenidos tras solicitar la Policía el listado de antenas GPS y conseguir los números de los terminales conectados, los tráficos de llamadas entre ellos y sus respectivos posicionamientos. Según el instructor, había "indicios de sobra" que acreditaban la conexión entre los distintos integrantes del grupo criminal.

Resultó relevante para los investigadores que días antes del suceso se realizaron numerosas llamadas a un cerrajero desde el domicilio de la hija de la víctima, donde precisamente trabajaba la acusada Maribel. M. como asistente. También levantó sus sospechas que esta misma procesada llamase de nuevo a la dueña de la vivienda asaltada, una vez perpetrado el robo, para preguntarle si había logrado identificar a alguno de los ladrones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios