Ayer, doscientos años después, frente a la inacabada Iglesia de San Juan Bautista, testigo de excepción de la presencia e invasión de las fuerzas napoleónicas, Chiclana echó la mirada atrás para, desde el orgullo y el espíritu de concordia, reivindicar su papel y protagonismo en la historia de España y, más en concreto, en el escenario de las libertades que, un año más tarde de la Batalla de Chiclana (5 de marzo de 1811), se vio culminado con la Constitución de Cádiz. Todo ello en una jornada de celebración que, aprovechando y agradeciendo la presencia de los representantes del ejército español, sirvió para rendir sentido homenaje a los cinco militares españoles que días atrás perdieron su vida en Madrid durante un ejercicio de adiestramiento.

La jornada, que escribió su prólogo en la Loma del Puerco, arrancó a las once de la mañana, cuando, ante la atenta mirada de cientos de chiclaneros, los representantes de la Escuadra de Gastadores del Tercio de la Armada, la banda de música del Tercio Sur, la Unidad de Guiones y Banderines y la Compañía Mixta de Honores, compuesta ésta por secciones del Regimiento de Artillería de Costa nº4, Flotilla de Aeronaves y Tercio de Armada, hicieron su entrada y posterior parada en la Plaza Mayor.

Incorporada a las fuerzas la bandera de la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR), el Comandante General de la Infantería de Marina, Pablo Miguel Bermudo y de Espinosa, y el alcalde de Chiclana, José María Román, ocuparon la presidencia de un 'extenso palco' de autoridades encabezado por el parlamentario José Luis Blanco; el diputado Aurelio Sánchez; el subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo; la parlamentaria andaluza Ruiz-Sillero; los miembros de la Corporación local y el alcalde de San Fernando, Manuel de Bernardo, además de representantes civiles y económicos, de la Guardia Civil y de los ejércitos, incluidos los de las fuerzas que, en uno y otro bando, fueron protagonistas de la Batalla de Chiclana.

Izada la bandera nacional tuvo lugar uno de los actos más simbólicos, la jura de bandera del personal civil. Un momento del que quisieron participar en torno a medio centenar de chiclaneros y al que se unieron el alcalde y varios ediles socialistas y del Partido Popular, encabezados por su alcaldable, Ernesto Marín.

En este ambiente de solemnidad se llegó al momento más esperado, el homenaje a los caídos. La corona, portada por un infante de Marina y una marinero naturales de la localidad, fue depositada bajo el mástil por el Comandante General y el alcalde, a los que acompañaron representantes de los tres ejércitos que aquel 5 de marzo de 1811 se batieron en las arenas de La Barrosa. Una representación que ejercieron el Teniente Coronel Francoix Beaucournu, representante del Agregado de Defensa francés en España; Major G. Strain, Comandante del Regimiento de fusileros irlandeses, y el Teniente Coronel Antonio Jesús Benítez, del Regimiento de Artillería de Costa nº4 .

Ya en el turno de alocuciones, José María Román resaltó que "estamos intentando hacer honor a nuestra historia, reivindicando nuestro acontecimiento, la Batalla de Chiclana, sin ningún complejo de inferioridad, porque formamos parte de una de las páginas fundamentales del pasado de España".

"Al mismo tiempo", resaltó, "hemos querido impregnar toda la celebración de un espíritu más de futuro que de pasado, porque no sólo miramos hacia atrás, sino, sobre todo, hacia adelante". "Hemos puesto sobre la mesa", prosiguió, "un acontecimiento de nuestra historia pasada, en el que ciudadanos de prácticamente toda Europa derramaron su sangre en nuestra localidad, pero hemos querido resaltar más el espíritu de concordia, convivencia y paz de nuestros días, de este siglo XXI, que del XIX".

Asimismo, el alcalde, que matizó que "no es tiempo ni queremos hablar de vencedores y vencidos", evocó al pasado para resaltar que "hemos aprendido que Chiclana, con trabajo, compromiso, dedicación y responsabilidad supera siempre las dificultades. Es el mismo espíritu que tenemos hoy día el que sirvió a nuestros antepasados para salir de la crisis más dura de su historia".

Por su parte, el Comandante General de la Infantería de Marina, Pablo Miguel Bermudo y de Espinosa, visiblemente emocionado y afectado por el reciente fallecimiento de los cinco militares españoles, destacó que "este es un homenaje a todos los que entonces, conocidos y anónimos, dieron su vida por España y a los que a lo largo de nuestra historia la han dado y lo seguirán haciendo en favor de la paz y la libertad de todos".

Seguidamente, los representantes de los ejércitos desfilaron por las principales calles de la ciudad en una jornada que vivió su ocaso sobre las siete y media de la tarde, cuando fue arriada la bandera en la Plaza Mayor.