Si en lugar de las encuestas tomamos como referencia el éxito de los candidatos en las redes sociales, el resultado del 22 de marzo estaría más que decidido. Y sin necesidad de recurrir a coaliciones ni pactos de legislatura: son los chicos de Podemos los que toman la delantera con esa “amplia mayoría” que los socialistas están dispuestos a disputarles y los populares ven cada vez más lejos a lomos de un AVE, éste sí, de doble ancho internacional. 

Los followers de Twitter nada tienen que ver con la decisión final que los andaluces emitirán en las urnas pero es un buen termómetro sobre cómo se mueven unos y otros entre el ágora de Platón –léase mercadillo tradicional de dulces de Cuaresma– y la plaza virtual en la que ya ha empezado a sonar el tictac de ese “nuevo tiempo” que todos los partidos nos prometen a su manera.  A escala andaluza, nuestro ranking –nada científico pero sí representativo– casi repite el juego de fuerzas del paisaje nacional con una excepción fácil de imaginar: Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez van de estrellas y los demás compiten a distancia con un destacado intercambio de posiciones entre Rajoy y Juanma Moreno y Pedro Sánchez y Susana Díaz. Efectivamente, pocos conocen al candidato popular a pie de calle y muchos menos lo siguen en la red; y sí, con o sin trampas, Rajoy deja al secretario general de los socialistas en una posición más que comprometida.

Puede que a los grandes partidos les pase con las redes sociales como a los ciudadanos con internet, que hay nativos y emigrados y, a algunos más que a otros, el salto se les nota. Dos mujeres, Susana Díaz y Teresa Rodríguez, están siendo las más aplicadas en la campaña del 22-M. Mientras la candidata a la Junta de Podemos –que va de anticapitalista y de moderna– ha decidido arrancar el sprint electoral pegando carteles al estilo más tradicional, la líder socialista se multiplica en la calle digital con una campaña adaptada a todas las redes y soportes y una conversación simultánea con todos los públicos. A las doce en punto de la noche lanzó el primer tuit pidiendo el voto y ayer empezó a moverse el Hola soy Susana, tú me conoces. Susana en movimiento, cercana, con el lenguaje de los niños, de las familias, de los abuelos. Es el primer spot de “la campaña de la gente”, del cara a cara que no se producirá con el candidato del PP pero sí con cada uno de los andaluces. El segundo spot lo grabó ayer y le hizo llegar casi una hora tarde al acto sectorial que se había convocado en la  Cartuja con medio millar de emprendedores, militantes y empresarios del sector de la innovación.

Allí detalló un amplio paquete de medidas para impulsar el empleo y definir la “Andalucía puntera, moderna y de oportunidades” que los socialistas quieren construir y anunció, por ejemplo, que la apertura de un negocio podrá realizarse en un solo trámite, en un plazo máximo de dos días y de forma gratuita.

No se preocupe si no pudo asistir. Sólo tiene que engancharse a internet para revivirlo en streaming, puede descargar en Youtube los vídeos con los momentos estelares y, por curiosidad, si le gustan los mensajes en 140 caracteres, teclee @psoedeandalucía y tendrá el minuto a minuto de la presidenta y candidata. Son dos en una y, si contamos el altavoz de las redes sociales, Susana Díaz estaría en condiciones de encarnar la santísima trinidad y hasta de multiplicarse como los panes y los peces. 

Eso sí, la frialdad de las tecnologías es fácil de contrarrestar. Ahí no le contarán que ayer le regalaron un precioso body para su futuro hijo con un lema de esos que hacen soñar: Jump to fame (Salto a la fama). Para eso, para dar color a la campaña, para contarle lo que se ve y lo que no, seguimos estando los periodistas. Al menos en teoría. Porque, siendo sinceros, hay que reconocer que seguir el ritmo de la candidata socialista es (casi) una odisea. Virtual y real.