Tres años arrastra ya la provincia de Málaga con un serio déficit de lluvias. Oficialmente nadie habla de sequía, pero la realidad es que la falta de precipitaciones empieza a hacer estragos en el campo y en buena parte de los municipios del interior, donde los principales acuíferos de los que se abastecen están prácticamente al límite. Muchos se han visto obligados a implantar restricciones en el consumo y otros sencillamente tienen que recurrir a camiones cisterna para poder abastecer a la población.

El caso de Fuente de Piedra, que desde junio no cuenta con agua apta para el consumo en la red pública y se abastece a los vecinos con camiones cuba, es el más grave, pero no el único. En Humilladero, la situación está también llegando al límite porque los pozos que abastecen al municipio sufren un aumento casi diario de la salinidad y, aunque sigue siendo potable, ya se ha iniciado la cuenta atrás. La alcaldesa, Ana Pérez, aseguró que no "es un mensaje realista, no alarmista". El Ayuntamiento ha advertido que sancionará a quien realice una toma de agua ilegal o despilfarre. En Archidona están viviendo también una situación de prealerta. El Ayuntamiento ha dictado hace pocos días un bando municipal que, junto a campañas de concienciación, persigue estar "preparados por si surgen problemas y no nos pillen sin nada hecho, como nos pasó en 2012", recordó el teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Pablo Gálvez.

Todos estos municipios coinciden en que la única forma de garantizar el abastecimiento futuro de la zona es el trasvase desde el cercano pantano de Iznájar (Córdoba). No es la primera vez que se plantea la idea. Recientemente la ha abanderado el PSOE en la Diputación para que inste al Consejo de Ministros a aprobar la transferencia de 5 hectómetros cúbicos de agua a la zona norte de la comarca.

También en la comarca de la Axarquía miran ya con preocupación la evolución de los acuíferos tras tres años de sequía no declarada. En Colmenar hay pozos que abastecen a las distintas pedanías del municipio y se ha detectado que en el de la Fresneda, que comparte con Casabermeja, está bajando el nivel freático 500.000 mililitros diarios. Para evitar problemas en el futuro, se repone con cubas que llegan varias veces en semana desde Alfarnate hasta el depósito central desde donde sale al resto que conducen a los diseminados.

La misma situación se da en Casabermeja. Las dos captaciones de las que se abastecen "se han venido abajo de forma estrepitosa", contó el concejal de Medio Ambiente, Juan Sánchez, que añadió que "estamos viendo en la lectura diaria que hay cada vez menos agua y no sabemos cuándo vamos a tocar fondo". Cada día llegan al pueblo dos camiones cisterna que rellenan el depósito municipal.