Andalucía

Ciudadanía, un concepto en revisión

  • La Universidad Loyola Andalucía acogió en su campus de Palmas Altas la segunda y última jornada de trabajo sobre 'La protección de las minorías frente a los discursos del odio'

El campus de Palmas Altas de la Universidad Loyola acogió ayer la segunda y última jornada del workshop (taller de trabajo intensivo) del Grupo de Investigación Protección de las minorías frente a los discursos del odio, que desde el viernes reúne en Sevilla a un selecto grupo de universitarios dirigidos por el catedrático de Derecho Administrativo Juan Antonio Carrillo Donaire.

Entre las muchas cuestiones que se tocaron destacó un debate introducido por el profesor de Relaciones Internacionales Pedro Rivas Nieto: ¿En la Europa actual son válidos conceptos en los que se ha basado la construcción de nuestras democracias, como ciudadanía, soberanía y frontera? Ante este reto, el vicepresidente de la Fundación Loyola y profesor de Derecho, Julio Jiménez Escobar, puso en evidencia la necesidad de revisar esas categorías para adecuarlas a un mundo más plural e híbrido como el de hoy. "Hay que reconstruir el sistema de ciudadanía", dijo el docente, quien al mismo tiempo advirtió que las instituciones occidentales "se están erosionando".

Profundizando en este asunto, la profesora de Derecho Constitucional Lucía Alonso Sanz recalcó la contradicción de que hay elevados porcentajes de población con los que no se cuenta a la hora de tomar las decisiones -no tienen derecho al voto, entre otros asuntos- pese a que les afectan directamente.

Por su parte, el catedrático de Constitucional y consejero de Educación de la Junta de Castilla y León Fernando Rey Martínez recordó que nuestro concepto de la nacionalidad es de profunda raíz francesa y jacobina. "Tenemos muy arraigado el que ciudadanía es igual a identidad y nos cuesta pensar de otra manera", aseguró, aunque también reconoció que últimamente se está abriendo más a una concepción anglosajona en la que más que una ciudadanía única y monolítica, nos encontramos "contratos entre grupos. Hay que construir una ciudadanía variada". En este sentido, consideró absurdo que un ciudadano extranjero que viva en Sevilla, por ejemplo, no pueda votar en las elecciones municipales, cuando se trata de cuestiones que están afectando a su vida cotidiana. "En cambio, sí puede votar un sevillano que vive en Melbourne, aunque poco le afecten las decisiones del Ayuntamiento de esta ciudad".

Sobre esta cuestión de la reelaboración del concepto de ciudadanía, el también catedrático de derecho Constitucional Miguel Revenga recordó que, actualmente, "ya tenemos un concepto de ciudadanía desvinculado de la nación" gracias a nuestra pertenencia a la UE. "La construcción de la ciudadanía europea se hace desde los valores. Esa es la vía".

Las jornadas de trabajo las cerró Fernando Rey con la conferencia Discursos del odio y principio de igualdad. El constitucionalista y político aseguró que los dos principales discursos del odio son el racista y el homófobo y que el denominador común entre ambos es que llevan a la discriminación de quien los sufre. Además, aseguró que la discriminación es el tercer paso de un proceso. El primero es la generalización, un mecanismo psicológico normal en el hombre, "que usa atajos mentales para reducir la complejidad y simplificar el proceso de conocimiento" (por ejemplo, "todos los japoneses son trabajadores"). El problema es cuando se da el segundo paso y esa generalización se convierte en un estereotipo negativo ("todos los andaluces son vagos"). Como ya advirtió, finalmente, llega la discriminación.

Ante los discursos del odio, Fernando Rey aseguró que hay que explorar vías jurídicas que no tienen que llegar a ser penales, como las sanciones administrativas. "Entre la nada y la cárcel hay todo un camino de posibilidades por explorar", aseguró.

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