En la partida de ajedrez en la que se ha convertido el Parlamento andaluz desde la irrupción de los ERE irregulares, cada pieza del PP tiene marcada una pieza del PSOE a derrocar. Las hostilidades las comenzó ayer el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, pidiendo la dimisión del consejero de Empleo, Manuel Recio, por "encubridor" y porque "ha querido tapar la porquería de la cueva de Alí Babá". A su delfín le siguió Javier Arenas, presidente del PP en Andalucía, que fue directamente a buscar el jaque mate exigiendo la renuncia del presidente del Gobierno andaluz, José Antonio Griñán, "si no acepta la comisión de investigación".

Y los ataques no se restringieron al tablero andaluz. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, apuntó al vicepresidente tercero del Gobierno central, Manuel  Chaves, como uno de los máximos responsables, ya que "cada vez son más los elementos que apuntan a que el caso de los ERE era una trama organizada, bien engrasada y vinculada al PSOE-A", y que "si no fue creada, al menos sí fue amparada por Chaves y Griñán". Incluso involucró al actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por "llevar más de un año intentando tapar la olla podrida de un asunto que ha permitido que con el dinero de los parados se hayan pagado pensiones por la cara a socialistas y amigos de los socialistas".

Ante tal acoso, Griñán echó mano del sentido del humor y de unas dosis de ironía para defender su actuación y la de los suyos. A Arenas le dijo: "Usted me recuerda a la frase de Groucho Marx: 'Éstos son mis principios. Si no le gustan tengo otros", en referencia al hecho de que su partido permita presentarse a las elecciones de la Comunidad Valenciana a Francisco Camps, imputado por su relación con el caso Gürtel, pero pida las dimisiones de varios miembros del Ejecutivo andaluz sin que pese sobre ellos ningún tipo de imputación.

En esta línea, Griñán bromeó con su solicitado cese al comentar que "podría renunciar y ustedes podrían proponer un imputado como presidente de la Junta". El líder de los socialistas andaluces insistió en la "transparencia" que en todo momento ha buscado su Gobierno, mientras que el PP primero "ha establecido una conclusión y luego ha buscado las premisas que justifiquen esa conclusión, y nosotros lo hacemos al revés. Me repugna lo que pueda encontrar de ilícito, por eso lo denunciamos, y apartamos a quien no se ha comportado lealmente con el partido y con el cargo".

A lo que Arenas respondió que si a Griñán no le "repugna más" mantener "ocultos los informes de Hacienda de 2005 a 2007"; que haya "70 intrusos" en los ERE; que se hayan contratado aseguradoras "sin concurso público"; que se "den ayudas a empresas de ex concejales con el argumento"; que fondos para empresas "se manden a 13 ayuntamientos socialistas", o que se "gaste dinero público sin normas, sin publicidad y sin ningún tipo de control".

Así, y para concluir su ataque al jefe de Gobierno andaluz y volver a pedir una investigación parlamentaria del caso de los ERE irregulares, Arenas aseguró que "quien pregunta no es el PP, sino la sociedad andaluza y española a través de los medios de comunicación. ¿A usted qué le repugna más, las corruptelas que se han producido o qué se denuncien las corruptelas que se han producido?". Mientras obtiene respuesta, el presidente del PP andaluz podrá seguir exigiendo la dimisión de Griñán y sus consejeros porque, como estaba previsto, el PSOE rechazó, ya por la tarde, crear una comisión que investigue las ayudas irregulares gracias a la mayoría absoluta que posee en el tablero parlamentario.