10 de diciembre de 1898. España acaba de pasar una página de su historia. Es un día trágico. El final de nuestro imperio, el inicio de una etapa incierta en la que nuestro país deberá buscar su hueco, adelantado por las grandes potencias europeas y por esos Estados Unidos que van camino de convertirse en los amos del mundo.

España ha perdido sus últimas colonias. Cuba, Filipinas, Puerto Rico, Guam. Tras años de importantes conflictos internos en estas provincias de ultramar, que tantas tensiones ha ocasionado en nuestro país, la guerra con los Estados Unidos ha terminado con cualquier esperanza de apaciguar la situación en las colonias.

El hundimiento del Maine, el pasado mes de febrero, fue la excusa utilizada por Washington para declarar la guerra a España. El tiempo pondrá las cosas en su sitio y demostrará que nuestro país nada tuvo que ver con este suceso. Era evidente que, a pesar del heroísmo de nuestros soldados, nada podíamos hacer contra el gigante americano.

Ahora sólo nos queda mirar hacia adelante. Pasemos página.