Por encima de Camarón y del flamenco, donde lo mejor está aún por llegar con el futuro museo que ahora se va a empezar a construir; de la denostada Isla de Las Cortes, que se dejó languidecer tras el Bicentenario; y de los atractivos del Parque Natural y de la playa, que en lo tocante al turismo apenas tiene incidencia más allá de los límites del término municipal; ha estado siempre el patrimonio histórico castrense, la gran ruta de la Armada.

No es nada nuevo. El Real Instituto y Observatorio de la Armada lleva años siendo el edificio que mayor volumen de visitas registra durante todo el año. El interés que suscita su pasado histórico y la relevancia científica del centro que se encarga de dar la hora oficial en España -algo que verdaderamente llama la atención a los foráneos- está fuera de toda duda. Y esa condición que va mucho más allá de lo castrense le hizo merecedor en el año 2004 del Premio Melkart a la Promoción de la Identidad Isleña, que el Ayuntamiento le entregó en la Feria del Turismo, en FITUR.

El Museo, con 18.000 visitas registradas, se ha convertido en otro elemento de referencia

Ahora, la apertura de Torre Alta -que recibió sus primeras visitas en una doble jornada de puertas abiertas a finales de la semana pasada- ha vuelto a poner de manifiesto el interés que tiene el patrimonio histórico de la Armada... y también su enorme potencial.

Ayer, el Ayuntamiento hizo balance de los dos días -viernes y sábado- en los que Torre Alta ha estado abierto al público en unas jornadas de puertas abiertas extraordinarias que se organizaron para dar a conocer la antigua torre vigía y permitir que los ciudadanos disfrutaran de sus vistas únicas. Por estas dependencias del Observatorio pasaron casi 200 personas en estos dos días. Una cifra -exactamente fueron 195 visitas- que no está nada mal si se tiene en cuenta que el monumento, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), apenas estuvo abierto cuatro horas cada una de estas dos jornadas, de 10.00 a 13.45 horas. Además, dadas las limitaciones físicas de Torre Alta, las visitas tuvieron que ceñirse a determinadas condiciones: inscripción previa en la Oficina de Turismo, grupos reducidos y recorridos guiados a intervalos de 45 minutos. Las jornadas de puertas abiertas, además, se dieron a conocer con poco tiempo de antelación, a principios de la semana, con lo que tampoco hubo tiempo material para desarrollar una campaña en condiciones para divulgar esta actividad.

Así que el resultado -esas casi 200 visitas- no están nada mal. De hecho, según los datos que ayer facilitó la Oficina Municipal de Turismo, el viernes, que era laborable, la participación alcanzó el 77 por ciento mientras que el sábado sí se consiguieron completar todas las plazas disponibles hasta registrar un lleno del cien por cien.

El Ayuntamiento y la Armada tienen ahora pendiente cómo encajar estas visitas en la oferta turística de la ciudad y en las rutas guiadas al conjunto del recinto del Observatorio de Marina. El concejal de Turismo, Conrado Rodríguez, reconocía hace apenas unos días que las conversaciones están en marcha y que próximamente se pondrá sobre la mesa una propuesta.

Junto al Observatorio, en lo que a patrimonio histórico de la Armada se refiere, se incluye también el Museo Naval habilitado en las dependencias de la antigua Capitanía, cuyo protagonismo cada vez es mayor. Desde su apertura en verano de 2016 hasta el pasado mes de septiembre se habían contabilizado casi 18.000 visitas, lo que da buena cuenta del interés que suscita este edificio.