Ya no es que los comerciantes estén indignados con el escaso alumbrado navideño, sino es que ahora mismo corre peligro hasta que esté a tiempo en las plazas y la avenida principal, donde se ha proyectado que se instale la iluminación extraordinaria.

El proceso, que ya iba muy ajustado en el tiempo, sufrió ayer un revés importante cuando el concurso para la adjudicación del alumbrado quedó desierto. Había dos ofertas en la primera reunión de la mesa de contratación, pero una de las empresas renunció directamente porque ya había ganado un concurso en otra población que se había celebrado antes que el de Cádiz.

La segunda se desechó en la mañana de ayer porque los miembros de la mesa detectaron que no cumplía con los requisitos que se recogían en el pliego de condiciones.

Debido a la premura del tiempo se trató de buscarle un encaje para no dilatar más una decisión que debería estar tomada desde hace semanas. Sin embargo, esto fue imposible y finalmente se declaró desierto.

Ahora se inicia un procedimiento negociado por el que se adjudicará el contrato a una empresa con la que se llegue a un acuerdo. Aunque el concejal de Alumbrado Público, Martín Vila, dijo que este proceso es más rápido que el de la adjudicación, tiene que cumplir también unos plazos y unos pasos que dar.

Vila trató de dar un mensaje de tranquilidad que a la vez encerraba un condicional y es que "si se acelera al máximo todos los trámites, el alumbrado llegará para el inicio de la campaña navideña". Es más, se dirigió directamente a los comerciantes, diciendo que "aún se está en tiempo y forma para que la campaña de Navidad arranque con toda su programación".

Con el anterior equipo de Gobierno, el alumbrado extraordinario se ponía en marcha el 8 de diciembre, donde ya se daba el pistoletazo de salida a la campaña navideña. Previamente se adjudicaba el contrato donde como muy tarde se hacía en el mes de octubre para posteriormente, una vez que pasaba la fiesta de los Tosantos, se iniciaba el montaje de todo el alumbrado. Para ello la empresa necesitaba 25 días para poder hacerlo. A pesar de que se iba con tiempo, más de un año se ha llegado a lo justo a la fecha de inauguración del 8 de diciembre.

En esta ocasión plantearse siquiera el 8 de diciembre es casi una quimera teniendo en cuenta que todavía hay que adjudicar el contrato y que después hay que realizar el montaje. Fuentes consultadas por este periódico aseguran que en el mejor de los casos se llegaría a lo justo para el día de Nochebuena, aunque se habrían perdido algunas jornadas previas con ambiente puramente de fiestas en el comercio.

Hay otra circunstancia y es que cuando se abre un proceso negociado, la administración contratante queda a veces en una situación de debilidad frente a la empresa porque necesita contratar un servicio en el que el tiempo juega en su contra y puede encarecer el contrato o que se quiten finalmente servicios, en este caso, que haya menos alumbrado del que ya de por sí está establecido en el pliego.

Hay que recordar que este año el equipo de Gobierno de Podemos ha eliminado el alumbrado de las calles de la ciudad y lo ha centrado en diversas plazas del casco histórico y otras de extramuros y a la avenida principal.

De este modo se van a quedar sin iluminación navideña vías tan céntricas y comerciales como Ancha, Columela, San Francisco, Compañía y Pelota, por citar sólo a algunas de las más céntricas, que sí lo estarán posteriormente en el Carnaval.

El problema es que este año se ha querido cambiar totalmente el alumbrado extraordinario con el objetivo de buscar un ahorro para las arcas municipales, por lo que se ha hecho un pliego completamente nuevo. Cuando el equipo de Gobierno definió lo que quería, después los técnicos tenían que redactar el pliego de condiciones para que se aprobara y saliera a concurso. Cuando esto se ha hecho los plazos van muy tarde.

Esta no es la primera vez a la que se enfrenta Podemos y Ganar Cádiz a los problemas con los plazos, donde en algunas ocasiones se ha llegado a lo justo y en otros, sencillamente tarde.