Provincia de Cádiz

Corcho, cultivos, ganado y un hotel cargado de historia

  • Más del 80% de la superficie de la finca, protegido y copado por alcornoques

Hablar de la finca estatal La Almoraima evoca sin dudar al corcho. Unas 12.000 de las 14.109 hectáreas del latifundio de Castellar de la Frontera -más de un 80%- son una alfombra cuajada de alcornoques, el activo natural protegido más preciado de la explotación. El tesoro más preciado de la finca aporta el 50% de su volumen de actividad en términos económicos y la mayor carga de trabajo de todo el ejercicio.

Una vez extraído, el corcho sale a subasta a través de un procedimiento de licitación; trámite que se sigue con casi cualquier recurso que sale de la finca hacia terceros.

Pero La Almoraima es mucho más que corcho. Un millar de hectáreas de la extensión están copadas por cultivos de secano (700 hectáreas) con variedades como trigo duro, avena y pastos así como de regadío (otras 300) entre las que destacan los cítricos, algodón, girasol, maíz y sorgo. La mayoría de terrenos agrícolas de La Almoraima están situados en las vegas del río Hozgarganta, afluente del río Guadiaro por su margen izquierdo, y en la zona conocida como zona regable del río Guadarranque.

Todo ello sin olvidar los importantes recursos cinegéticos con monterías a lo largo del año tanto de caza mayor como menor, esta última en la zona no integrada en el parque de Los Alcornocales y cedida a la sociedad federada local El Faisán. El coto de La Almoraima goza de un alto prestigio entre los aficionados a las monterías por la presencia de ciervos, gamos, muflones y cerdos asilvestrados.

En cuanto a ganadería, La Almoraima suma una cabaña superior a las 1.200 vacas madre y toros con una alta producción anual de terneros. Corderos y unas 2.400 ovejas merinas completan la actividad estabulada que se cría con criterios sostenibles.

En los últimos años, dentro del plan de diversificación de usos, la dirección puso en marcha la explotación de 800 hectáreas de pinar del que se extraen piñas para biomasa. Este año se han extraído los frutos de las primeras 140 hectáreas.

Todo ello coronado con La Almoraima Hotel, un convento del siglo XVII rehabilitado y abierto al público en junio de 2010 con 23 habitaciones, así como un centro de convenciones anexo puesto en marcha recientemente.

Con estos dos últimos proyectos, la dirección ha tratado de dar la vuelta a los malos resultados económicos de la finca, agudizados con el estallido de la crisis. Sólo en 2009 la finca arrojó unas pérdidas de 1,72 millones de euros. Tras varios ejercicios con ganancias moderadas (menos de 180.000 euros), el nivel de déficit del latifundio se encuentra en el entorno del millón de euros negativos, según los Presupuestos Generales del Estado.

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