El partido perteneciente a la vigésimo segunda jornada de liga que se vivirá hoy a las seis de la tarde (hora peninsular) en Tenerife entre el clásico Arona y el CV Puerto Real pone fin a la competición y no es más que un mero trámite para ambos equipos.

Por un lado, los puertorrealeños, han conseguido ya el objetivo de la temporada que no era otro que mantenerse la próxima campaña en la máxima categoría del voleibol nacional. De este modo, llegan a tierras canarias jugándose sólo el concluir en novena posición, ya que Caravaca tras su victoria la pasada jornada se ha acercado a dos puntos.

Por su parte, los tinerfeños simplemente tienen en liza el orgullo, es decir, irse de la Superliga con cabeza alta brindando al menos el triunfo a su afición.

El conjunto que dirige desde hace varias semanas Jaime Fernández Barros ha tenido numerosas trabas esta campaña, entre ellas, el mal estado de forma de su estrella, Todorov, los problemas de José Gaona, o el bajo nivel al que ha rendido su colocador Ruiz. Asimismo los fichajes de mitad de temporada, Vega y Lamus, tampoco han podido aportar lo que se esperaba de ellos al haber sido castigados por las lesiones. Todo un cúmulo de circunstancias contra las que tampoco ha podido hacer nada la legión británica con la que contaba durante toda la temporada y que encabeza un conocido en la Villa, el ex blanquiverde Ben Pipes.

El técnico de la Villa, Agustín Correa, no contará para este último choque ni con Jose María Bellido ni con el capitán Jesuli Ruiz. Ambos se han retirado de las canchas de forma definitva y se despidieron de la afición el pasado sábado en casa con lo que ninguno ha viajado a las islas. El resto de la plantilla está disponible para un encuentro en el que según el mister "no tienen presión y podrán disfrutar que ya les toca". Además, cree que servirá para "dar minutos a los menos habituales para que se vayan contentos y premiarlos por el trabajo que han hecho durante el año".