Bicentenario

El proyecto fantasma del castillo

  • Las casamatas son la única realidad del proyecto presentado por Zarrías hace cuatro años · En el camino se han quedado el faro de las libertades, los parques, auditorios, pabellones y el embarcadero entre otros

31 de enero de 2008. En la Casa de América en Madrid Gaspar Zarrías dice que el castillo de San Sebastián, tras su rehabilitación y consolidación, va a ser el gran legado que dejarán las administraciones a la ciudad de Cádiz por el Bicentenario de la Constitución. Zarrías no duda en decir que el histórico espacio ha de convertirse en un referente del constitucionalismo.

A pesar del proyecto de máximos que se hacía desde el Consorcio, había algo que siempre resultó extraño: en ningún momento se llegó a concretar el dinero que había disponible para el proyecto. Y todo esto ocurría en el año 2008, con un escenario económico todavía muy distinto al actual.

Esta semana este periódico publicó que lo único que va a estar listo es el espacio de las casamatas. Todo lo demás que se había presentado en aquel día de febrero de 2008 ha quedado en el cajón del olvido y con muy pocas posibilidades de que se retome una vez que pase el año 2012.

El hito del proyecto era el llamado faro de las Libertades que sería un emblema que iba a ir situado sobre el antiguo polvorín y que albergaría en el interior un auditorio para 600 personas. Para este faro se proponía la restauración de la torre de vigilancia que se convertiría en torre mirador y con una cafetería en su zona superior. Este edificio iba a tener una especie de piel discontinua formada por paneles transparentes y traslúcidos en los que se iban a proyectar imágenes referentes a las exposiciones o espectáculos del Bicentenario por el día y por la noche se iluminaría como un faro-hito del recinto. El primer revés fue el descarte del auditorio en el interior por la estructura que presentaba el edificio. Este faro iba a sustituir también al actual que se iba a desplazar. A las primeras de cambio se decide que esto tampoco se iba a hacer.

El proyecto, cuyo diseño y ejecución fue encargado a la empresa pública Tragsa (dependiente del Ministerio de Medio Ambiente), también planteaba en la entrada una antena de la Casa de América y unas oficinas del Observatorio de la Democracia, que perdurarían más allá del Doce.

El proyecto, tan ambicioso como inalcanzable finalmente, tenía previsto un ensanche del malecón de entrada al castillo y uno de los proyectos más polémicos y que tuvo incluso una contestación ciudadana: la construcción de un embarcadero para que el castillo tuviera un acceso marítimo. Eso iba a causar un gran daño medioambiental y finalmente se desechó una vez que entró en el Consorcio Luis Pizarro.

El castillo de San Sebastián también se había diseñado como una zona de esparcimiento y ocio y tendría numerosas zonas verdes aprovechando los montículos y miradores. En la avanzada estaba previsto un anfiteatro al aire libre y también la creación de un parque llamado de Levante y otra denominada Sones de La Caleta. En ellos iban a estar los pabellones que se suponen que se iban a instalar a lo largo del Doce pertenecientes a países iberoamericanos y comunidades autónomas.

Y de todo esto, ¿qué queda?. Las casamatas restauradas, pero sin contenido. En el proyecto inicial se contemplaban como una zona expositiva permanente donde se podría ubicar el Museo de la Historia de Cádiz.

El parecido del proyecto de 2008 a lo que va a haber es mínimo. Lo que iba a ser el legado para la ciudad va a suponer uno de los grandes fracasos de la gestión del Bicentenario.

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