La crisis está llevando a muchas personas a situaciones extremas. Familias que antes tenían un cierto poder adquisitivo se están viendo en riesgo de pobreza y pidiendo ayuda a los servicios sociales para poder subsistir. Es lo que desde el Consejo General del Trabajo Social denominan las nuevas pobrezas.

En Cádiz cada vez se dan más casos de este tipo. Uno de ellos es el de Cuca (nombre ficticio), una empresaria que se compró una casa con su marido. Los dos trabajaban y no tenían problemas para pagar la hipoteca, incluso su hija mayor iba a una guardería privada. Pero la crisis afectó a la empresa de Cuca y tuvo que cerrarla. Su marido se quedó en paro y se vieron con dos niños pequeños sin tener para darles de comer y sin poder pagar la hipoteca.

Tuvieron que recurrir a los Servicios Sociales del Ayuntamiento, que les ayudan con el pago de la vivienda y los libros delcolegio de la hija. Han solicitado ayuda para abonar la mensualidad de la luz y están esperando contestación. También han entregado la solicitud para que el niño pequeño entre en una guardería subvencionada "porque si me dicen que tengo que pagar veinte euros, no puedo", señala Cuca.

También reciben ayuda de su familia. "Nosotros comemos todos los días en casa de mi madre. Si no fuera por eso, habría días que no podríamos comer, porque mi marido encontró trabajo pero con lo que gana no nos llega para subsistir y pagar todo lo que tenemos que pagar", relata.

Esta gaditana afirma que su situación "no es sólo pasar la necesidad de no tener para comprar alimentos, sino que esto conlleva también un desgaste emocional y psicológico que te marca. Aunque no quieras, te influye".

Cuca es diplomada en Turismo y habla dos idiomas, además del español. Asegura que ha entregado "muchísimos" currículum pero no le llaman de ningún sitio. "Ves que pasan los días, los meses... y te desmoraliza. Intentas llevar esto lo mejor posible, pero hay días que no ves salida y no puedes tirar para adelante". A ella le influye también las malas noticias que transmiten los medios de comunicación. "Ves la televisión y escuchas la radio y sólo hablan de crisis. Dicen que 2013 va a ser igual o peor. ¡Imagínate la moral que tengo! No tengo esperanzas de que esto cambie rápido".

Para esta mujer, "es muy doloroso" estar en esta situación. Dice que lo peor son sus hijos. Y se emociona hablando de ellos. Sobre todo de su hija, que ya va empezando a entender las cosas "y se da cuenta de que cuando nos pide algo, siempre le tenemos que decir que no. Es que no me puedo sentar con mi hija en un McDonald ni puedo celebrarle el cumpleaños. ¡Las cosas normales de los niños de su edad!... Es muy doloroso", expresa con la voz entrecortada. Dice que sólo pide trabajar unos meses "para poder respirar, porque me despierto mucho por las noches con el sin vivir de que pasan los meses rápido y hay que pagar".

En relación a los recortes en los servicios sociales anunciados por el Gobierno, afirma que está muy agradecida a las ayudas que ahora reciben. "No tenemos con qué pagarlo, pero si recortan, tendremos que aguantarnos, porque otra cosa no podemos hacer". Lo que no soporta es que Andalucía siga gobernada por los socialistas. "Hemos tenido la oportunidad de cambiar a otro partido y no lo hemos aprovechado. Es una vergüenza, y me da igual que hubiese sido un partido de derechas o de izquierdas, pero que no siguiéramos con esta panda de ladrones que se han beneficiado a costa nuestra cuando el pueblo está tan mal". Y dice que le duele "porque mi marido tiene que trabajar mucho para ganar lo que gana, entrando a las seis de la mañana y a veces llegando a las diez de la noche".

El caso de Cuca es sólo uno de los muchos que hay en Cádiz.