Víctor Bravo, endocrino: "Una lata grande de cerveza equivale a hacer una comida más al día"
El especialista da el truco para poder beber cerveza sin necesidad de aumentar de peso
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El consumo de alcohol, y en particular de cerveza, suele ser una de las grandes dudas de quienes intentan perder peso sin renunciar a la vida social. Muchas veces se piensa que basta con beber "un poco menos" o compensar al día siguiente, pero lo cierto es que la elección del tamaño del envase puede tener un impacto mucho mayor de lo que se cree. Así lo explica el endocrino Víctor Bravo, conocido en redes sociales por sus consejos divulgativos, en un reciente vídeo que se ha viralizado en Instagram.
El especialista lanza un mensaje claro: más allá de la marca o del tipo de cerveza, lo que marca la diferencia es la cantidad. Según detalla, una simple elección entre un formato u otro puede suponer hasta la mitad de calorías ingeridas. Y es precisamente esa suma silenciosa de calorías líquidas, sin apenas darnos cuenta, la que puede frenar los progresos en una dieta de pérdida de peso.
El truco que propone el endocrino
En su intervención, Bravo pone ejemplos muy gráficos: "Una lata grande de 500 mililitros contiene unas 500 kilocalorías. Eso equivale prácticamente a hacer una comida más al día". Este exceso, acumulado en determinadas ocasiones sociales, puede disparar la ingesta calórica de la semana: "Beberte cuatro o cinco cervezas grandes en una barbacoa con amigos puede suponer hasta 2.500 calorías extra a la semana, sin ningún valor nutritivo", advierte.
Lejos de recomendar eliminar por completo la cerveza, el endocrino apuesta por un cambio sencillo: reducir el tamaño del envase. En lugar de las latas grandes, aconseja optar por las de 33 cl, una decisión que repercute directamente en el total de calorías. "Tienen casi la mitad de calorías, y al reducir la cantidad, tiendes naturalmente a beber menos", explica en el vídeo. Para Bravo, es una cuestión de volumen y de hábito: cuanto mayor es el recipiente, más fácil resulta consumirlo sin medir el impacto real que tiene en la dieta.
Moderación frente a prohibición
El especialista incide en que las calorías del alcohol se consideran "vacías", es decir, no aportan nutrientes de calidad, y por eso conviene vigilarlas con atención. La clave no es prohibirse la cerveza en entornos sociales, sino tomar decisiones conscientes que ayuden a equilibrar el balance energético. En este sentido, ajustar el tamaño de la bebida, alternarla con opciones sin calorías o limitar la frecuencia de consumo puede convertirse en una estrategia eficaz para no frenar la pérdida de peso.
Con mensajes como este, Bravo vuelve a poner el acento en la importancia de los pequeños gestos cotidianos. Detalles tan simples como elegir entre un formato u otro permiten seguir disfrutando de los planes con amigos sin sumar calorías innecesarias. Y aunque la recomendación pueda parecer menor, el endocrino recuerda que en nutrición los hábitos repetidos marcan más la diferencia que los esfuerzos puntuales.
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