Todavía Navidad
La inspiración en el aroma de un puro
Caprichos puros
“Fumar puro es como enamorarse. En primer lugar, se sienten atraídos por su forma, te quedas por su sabor y siempre se debe recordar, nunca dejar que la llama se extinga.” Winston Churchill.
En todas las bodas, cuando pasan los novios ofreciendo peladillas y puros, yo no tengo dudas y me decanto por lo segundo.
Porque un puro es meditación y disfrute
Se trata de una liturgia especial para los que gozan de olerlo, tocar su piel, hundir suavemente los dedos en su tripa haciéndola crujir, quitarle la vitola, encenderlo con paciencia, jugar con su tiro, inspirar su aroma, observar su ceniza (jugar a que no se caiga) y descubrir matices de sabor en las diferentes fumadas.
Para quienes empezamos a iniciarnos en este precioso mundo (del que no se debe abusar), advertir que mejor empezar con tamaños y fuerzas menos intensas. La fumada, se divide en tercios, siendo la última la más intensa. El tiempo que queremos disfrutar de ese puro también es importante a la hora de elegirlo. Otro concepto que lo define es el tiro, que marcará el ritmo y la combustibilidad en las caladas. Eso sí, no se te ocurra tragarte el humo, es mejor que entre lento y salga lento, una especie de baile en el que se disfruta cada paso.
Cada maestrillo tiene su librillo, pero ahí van algunas claves de cómo cortar, encender un puro para poder empezar a disfrutar. Lo primero es crear una apertura que facilite la fumada y mantenga la estructura del habano, para ello se necesita cortar la punta, y qué mejor que hacerlo limpio con una mini-guillotina.
Para encenderlo, elige algún método que no varíe el olor del puro: cerillas de madera, varillas de cedro o encendedor de gas. Se hace poco a poco y girándolo sobre la llama. Cuando haya prendido, aspira cinco veces de forma corta para lograr encenderlo de forma correcta.
Para completar tan bonito momento inspiracional, y estando en Jerez, me pareció buena idea acompañar esta experiencia con un buen brandy.
Me acerqué a la bodega de Ximénez Spínola, para seguir aprendiendo de la mano del dueño D.José Antonio Zarzana, hijo de fumador de puros, entendido y aficionado. Además esta bodega dispone de una exclusiva colección de brandies diseñados especialmente para acompañar estos humos, que se llama Cigar Club. Tres tipos de brandy, con tan solo 350 botellas cada uno, más o menos intensos para que cada puro se armonice con el mismo, buscando el equilibrio.
Un placer más de la vida, y seguramente otro Capricho de nuestra preciosa tierra de Cádiz..
Algo más sobre Comerdelujo
Me llamo Angélica Jódar del Álamo, ingeniera de telecomunicaciones reinventada en viajera gastrónoma, y sobretodo amante de esta tierra andaluza y de su gente.
Mi historia podría ser un ejemplo de aquello que llaman “salir de la zona de confort”: pasé de trabajar en Barcelona en un banco como directiva a emprender una aventura en Cádiz.
Empecé esta nueva andadura estudiando un máster de Turismo y Gastronomía en el Basque Culinary Center en San Sebastián. Y como enamorada del Sur y teniendo un folio en blanco para dibujar mi nueva vida, me vine a Jerez donde llené de vivencias mi blog de @comerdelujo e Instagram @comerdelujo .
Ya llevo casi cuatro años escribiendo, dando a conocer “Caprichos” de esta tierra y trabajando desde la admiración e ilusión de esa niña inquieta y exploradora que llevo dentro.
Me encantará compartir contigo estos grandes pequeños tesoros, así que te espero en este caprichoso viaje!
Y recordando a Oscar Wilde: “ Un capricho se diferencia de una gran pasión en que el capricho dura toda la vida“.
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