El Puerto Accidente de tráfico: vuelca un camión que transportaba placas solares

Vivir en Cádiz

Ansiedad: cómo detectar una crisis y qué hacer para controlarla

La ansiedad y el estrés aumentan durante la pandemia

La ansiedad y el estrés aumentan durante la pandemia

Con la salud mental en el centro de la conversación social en estos momentos, hablamos de una de las enfermedades más invisible, incapacitante e inesperada que también se ha disparado a causa de la pandemia del covid: la ansiedad.

La ansiedad es una sensación normal hasta cierto punto, es la emoción que el cuerpo experimenta en situaciones en las que el propio individuo se pueda sentir amenazado ya sea por un peligro externo o interno. Es por ejemplo el nerviosismo o la agitación que nos hace correr en dirección opuesta en una situación de catátrofe.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la pandemia del covid disparó el número de casos de ansiedad. El enfrentarse a un virus invisible y letal sin tener al principio mucha información y del que se iban teniendo noticias nuevas casi cada día hizo que más del 50% de la población sufriera en algún momento estrés emocional como síntoma de esa ansiedad, según el doctor Eduard Vieta, Jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona.

El problema reside cuando este temor o miedo se experimenta de forma habitual, ante situaciones diarias que nuestra mente se encarga de agravar en una especie de juego sucio y que pueden llegar a interferir en nuestra actividad cotidiana.

Estos ataques o crisis de ansiedad o de pánico se pueden manifestar de varias formas según cómo los reciba la mente. Algunos de los cambios fisiológicos que se pueden encontrar son la taquicardia, la sudoración en exceso, experimentar temblores, tener sensaciones de asfixia, inquietud y necesidad de moverse, escalofríos o incluso sensación de irrealidad.

El sufrir esporádicamente alguno de estos episodios no es alarmante, pero cuando se repiten a menudo puede causar graves alteraciones en la vida de una persona como:

  • Imposibilidad de descansar bien
  • Irritabilidad y estado agitado
  • Sudoración en exceso
  • Falta de apetito
  • Fatiga constante
  • Síntomas físicos como dolor de cabeza, mareos, boca seca o náuseas

¿Cómo controlar un ataque de ansiedad?

Sufrir un ataque de ansiedad es una de las sensaciones más desagradables que se puede experimentar. En muchas ocasiones, la propia incapacidad de controlar nuestro cuerpo no hace más que aumentar los síntomas en un círculo vicioso que nos puede llegar incluso a plantear la posibilidad de poder sufrir un infarto o la muerte por asfixia.

Lo principal es tratar de controlar la respiración para lograr que el ritmo cardíaco también descienda. Intentar no magnificar la situación, decirnos a nosotros mismos frases tranquilizadoras y focalizar nuestra atención en cosas que podamos ver, tocar u oler. Un ejercicio práctico puede ser coger aire, mantenerlo y expulsarlo lentamente.

Si no lo sufres tú pero ves que alguien lo experimenta a tu alrededor es importante disolver los corrillos de personas que se forman alrededor del afectado. En la mayoría de los casos, aunque sea con la mejor intención, lo único que se consigue es aumentar la sensación de agobio y de falta de aire de la persona que se encuentra mal. En estas situaciones, menos es más y con que una sola persona esté pendiente, tranquilizando o acariciando de manera suave, es suficiente.

Avisar a urgencias. Aunque puede que haya sido algo esporádico sin más es necesario descartar que existan problemas sicológicos que más adelante puedan llevar a nuestro cuerpo a una situación extrema como esta. Tal vez son cuestiones que ni tan siquiera somos capaces de reconocer, para lo que necesitaríamos ayuda profesional. Ellos son en última instancia los que valorarán.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios