Proclama que la vida es un ratico y lo entona en su repertorio. Pero a las más de 10.000 personas que anoche acudieron en procesión al Auditorio Municipal de Málaga, el rato se les hizo eterno.
El colombiano sólo se hizo esperar los cinco minutos de rigor, mientras sus paisanos calentaban el ambiente con banderas y llamadas a su presencia.
Un inmenso sol metálico como telón de fondo, tres grandes pantallas y seis músicos rodeaban al cantante, que salió a escena con A Dios le pido.
Arropado por una potente banda, la voz del de Medellín intentaba igualar a sus músicos. El Juanes seductor se vino arribo y sedujo a su público.
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