Toros

Último adiós para el ganadero Guillermo Acosta Otero

Ayer fue enterrado en San Juan, el pueblo donde vivía, Guillermo Acosta Otero, un ganadero de esta Huelva importante en cosas del toro y representante durante una extensa época de la que fuese prestigiosa vacada de Diego Garrido.

Nacido en Rociana del Condado, caballista, hombre cabal del campo bravo, acabó su existencia al cabo de los 84 años de edad de haber visto la luz en su Rociana natal un diez de febrero del año 1931. A Guillermo Acosta le tocó ser ganadero por la cesión que su esposa, sobrina de Diego Garrido, otorgó de la parte que le correspondió en ese primer reparto de la ganadería. Tiempos importantes y decisiones determinantes poblaron la trayectoria de un hombre que amó profundamente el campo bravo y los toros de una divisa que logró mantener en la cima de una Fiesta que siempre tuvo brava referencia en los benitezcubero asentados en tierras sanjuaneras.

Cuando uno apareció por esos campos de Dios ya había otro Guillermo compartiendo decisiones en esa ganadería de toros burracos, fuertes y nobles en el ruedo. Se cerró ayer una parte importante de la ganadería Acosta, más ya había puertas abiertas donde encontrar su futuro en manos de su hijo Marcelino. A toda la familia Acosta y allegados, un imenso abrazo y el agradecimiento de aficionado por cuanto en su trabajo hacia la Fiesta dedicó quien ayer dejó garrochas, espuelas y zahones. Se ha muerto, pues, un hombre tremendamente implicado en la vida pública de la sociedad que le tocó vivir. Pero sobre todo se ha ido un hombre campero que supo transmitir a sus hijos el respeto por el territorio donde el toro manda.

Respeto y recuerdo, pues, para un ganadero de esta tierra que deja, sin duda, un hueco, otro más, en esas dehesas terrenales del toro.

Adiós a un ganadero a la antigua usanza.

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