Toros

Diego Ventura, único trofeo en Albacete, donde se estrella El Juli

FERIA de albacete Ganadería: Dos toros para rejones de San Pelayo, bueno el primero y deslucido el otro; y cuatro en lidia ordinaria de Garcigrande y Domingo Hernández, bien presentados y de poco juego. Blandos y sin raza segundo y tercero; y complicados quinto y sexto, TOREROS: Diego Ventura. Rejón (oreja); y pinchazo y rejón (ovación). Julián López 'El Juli'. Pinchazo, estocada trasera y caída y descabello (silencio); estocada trasera y caída, y descabello (ovación); estocada tendida y ligeramente trasera (silencio); y media y descabello (silencio). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Albacete. Se rozó el lleno en los tendidos en tarde cubierta y de agradable temperatura.

El diestro Julián López El Juli se estrelló ayer en Albacete con una corrida de lo más deslucida, y en la que tamb ién él tuvo la culpa de irse de vacío por manejar con desacierto la espada durante toda la tarde, en la que el único trofeo fue para el rejoneador Diego Ventura.

Se lidiaron dos toros para rejones de San Pelayo, bueno el primero y deslucido el otro; y cuatro en lidia ordinaria de Garcigrande y Domingo Hernández, bien presentados y de poco juego. Blandos y sin raza segundo y tercero; y complicados quinto y sexto.

La baja de última de hora de Alejandro Talavante hizo que El Juli, en un claro gesto de figura del toreo, aceptara el desafío de estoquear los cuatro toros reseñados para la lidia de a pie, aunque al final no le saliera tan bien la jugada y acabara marchándose de vacío por culpa de lo poco que le brindaron los toros y, también, por su mala espada.

Su primero fue un toro de Garcigrande en el límite de las fuerzas, al que se impuso Julián en una faena de mucha técnica para sacar agua de un pozo prácticamente vacío.

Faltó rotundidad en la obra, como no podía ser de otra manera con tan blando antagonista, pero el mérito del torero fue enorme, aunque los tendidos no acabaran de entrar definitivamente en la labor del madrileño, que acabó silenciado tras un pinchazo y una estocada.

El tercero de corrida, segundo de su lote, del hierro de Domingo Hernández, careció de raza para que su escasa movilidad trascendiera a los tendidos, que, no obstante, vibraron con la entrega de El Juli, muy metido en la faena para volver a poner el argumento y destacar manejando las dos manos. Tampoco estuvo acertado con la espada el torero, aunque esta vez cambió el silencio por el ovación.

El quinto también fue toro de lo más deslucido por las complicaciones que desarrolló en el último tercio, muy probón, violento y al acecho del torero, que, tras probarlo por uno y otro lado, optó por ir a por la espada para quitárselo de encima cuanto antes y esperar el último cartucho que le quedaba, el sexto, con el que, al final, tampoco pudo hacer nada.

Ventura realizó una primera labor de alto voltaje ante un buen toro de El Capea, al que cuajó montando a Nazarí, con el que hizo las delicias del respetable con los galopes a dos pistas, y con Remate, en un final muy vibrante con banderillas cortas y un par de rosas. Mató perfecto y logró una oreja.

El cuarto, por su parte, fue un toro manso y reservón, que esperaba mucho y no dio ninguna facilidad a Ventura, que volvió a rayar a gran nivel, esta vez con Milagro, con el que puso banderillas al quiebro de plaza a plaza de notable mérito y, nuevamente, con Remate. No estuvo tan acertado esta vez con el rejón final y todo quedó en una calurosa ovación.

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