Toros

El Ayuntamiento de Sevilla acoge la puesta de largo de la biografía de Espartaco

Un momento de la presentación de la biografía de Espartaco.

Un momento de la presentación de la biografía de Espartaco. / Juan Carlos Muñoz

El Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla acogió este jueves la presentación del libro Espartaco, gran maestro del toreo, escrito por el veterano informador taurino sevillano Carlos Crivell y editado por El Paseíllo, el sello tarino que comandan al alimón David González y Fernando González Viñas. El acto contó con la introducción del teniente de alcalde delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés, que renovó el compromiso municipal con la fiesta de los toros recordando que la tauromaquia es otra de las fiestas mayores de la ciudad y forma parte de su patrimonio inmaterial.

Carlos Crivell, que dio un amplísimo repaso a las claves literarias y biográficas de su obra, fue el conductor de un ameno coloquio con el propio torero. Espartaco había comparecido bien arropado por los suyos: desde su padre, el primer Espartaco, o su hija Alejandra, pasando por el fiel Guillermo El Ecijano o su apoderado Rafael Moreno además de otras personalidades del mundo del toro como la ganadera Rocío de la Cámara, el prestigioso apoderado Pepe Luis Segura y otros aficionados como Antonio Ramírez de Arellano, el diestro Rafael Astola con su hija, la gran bailaora Pilar Astola, y un largo etcétera, incluyendo al delegado del gobierno de la Junta en Sevilla, Ricardo Sánchez, y el edil Álvaro Pimentel, que colmaron el auditorio dispuesto.

Pero escuchar a Espartaco, una vez más, fue una auténtica delicia. El veterano diestro desgranó con sencilla naturalidad los principales avatares de una vida que le llevaron desde lo más bajo del toreo –la familia llegó a vivir en un sótano de la madrileña calle Ferraz esperando la gloria- a convertirse en primera figura en la recta final del siglo XX. Tres acontecimientos vitales marcaron ese coloquio: el primero fue aquel toro providencial, llamado Facultades, que cambió para siempre la carrera del diestro de Espartinas. Pero el torero viviría un calvario personal y profesional a raíz de una lesión deportiva que estuvo a punto de retirarle para siempre en 1995. El tercer vértice de ese triángulo personal era la reaparición puntual de 2015 en la plaza de la Maestranza, en ausencia de las primeras figuras del escalafón del momento y para darle la alternativa a su pupilo Borja Jiménez que, presente en el acto, contó con el quite de su maestro para ausentarse del Ayuntamiento para recoger el premio que le había concedido la Tertulia Cultural Taurina Puerta Carmona.

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