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Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
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La Agencia Espacial Europea (ESA) solicitará a los Estados miembros un presupuesto ampliado de 22.000 millones de euros para el trienio 2026-2028 durante la Conferencia Ministerial que se celebrará en Bremen los días 26 y 27 de noviembre.
La propuesta, que supone un incremento del 15% respecto al ciclo anterior, persigue reforzar la autonomía estratégica del continente, acelerar su presencia en la exploración lunar y marciana, y sostener una política industrial capaz de competir con las grandes potencias espaciales.
La ESA acude con un paquete de programas más amplio que en ministeriales anteriores, centrado en la observación de la Tierra, las comunicaciones seguras, la navegación, la exploración científica y la continuidad de iniciativas clave como Copernicus y Galileo.
Entre las líneas centrales de la propuesta destaca la expansión del programa Copernicus, el sistema europeo de observación de la Tierra.
La ESA quiere actualizar la constelación Sentinel con nuevos satélites dedicados al seguimiento del deshielo, los cambios en la atmósfera, la calidad del aire, los riesgos naturales y las variaciones del nivel del mar.
Esta ampliación forma parte del primer gran eje del programa: la protección del planeta y el control del cambio climático.
La agencia también subraya su apuesta por el European Resilience from Space (ERS), un programa transversal cuyo objetivo es fortalecer la resiliencia y la seguridad europeas mediante servicios espaciales avanzados.
ERS se sustenta en tres pilares:
Estos servicios están diseñados para ser compatibles con las necesidades de la Unión Europea y con aplicaciones potenciales en defensa, protección civil y seguridad económica.
En el ámbito de la ciencia y la exploración, la ESA quiere reforzar varias líneas ya en marcha:
Europa seguirá suministrando los módulos de servicio europeos (ESM) para la nave Orión de la NASA y añadirá nuevas aportaciones para Gateway, entre ellas un módulo de habitabilidad y un módulo de repostaje.
Estas infraestructuras serán claves para el retorno humano a la Luna y para futuras misiones logísticas. La agencia insiste en que está trabajando para que un astronauta europeo pueda llegar algún día a la superficie lunar.
La ESA mantiene su compromiso con el programa de exploración marciana, que combina orbitadores, instrumentos científicos y cooperación internacional.
Tras la cancelación de ExoMars 2022 debido a la ruptura con Rusia, la agencia trabaja en una reconfiguración de la misión para garantizar la participación europea en la búsqueda de rastros de vida y en el análisis del subsuelo marciano.
Se espera que la ESA impulse nuevas misiones científicas de gran complejidad, entre ellas propuestas para estudiar los orígenes del universo, la materia oscura y los agujeros negros supermasivos, como continuidad de misiones como Euclid o Lisa Pathfinder.
La propuesta de la ESA también quiere reforzar el tejido industrial europeo.
La agencia recuerda que la inversión en exploración y sistemas espaciales “es una inversión en prosperidad”, capaz de generar empleo cualificado y competitividad tecnológica.
En este punto, destaca la continuidad de Galileo, el sistema europeo de posicionamiento, cuya segunda generación incorporará nuevas capacidades de precisión, seguridad y resistencia frente a interferencias.
Asimismo, la ESA quiere asegurar oportunidades de vuelo para los astronautas de carrera, especialmente la promoción de 2022, donde figura el español Pablo Álvarez. El objetivo es que ningún país perciba que la inversión realizada no se traduce en accesos reales al espacio.
España desempeña un papel relevante como Estado miembro. En el trienio anterior aportó un 5,5% del presupuesto de la agencia, lo que la sitúa entre los diez principales contribuyentes.
La industria espacial española ha incrementado su peso en programas como los módulos de comunicación, herramientas de navegación, componentes ópticos y estructuras mecánicas.
Las empresas y centros tecnológicos españoles participan de forma activa en Copernicus, Galileo, la familia de satélites Sentinel y el desarrollo de tecnologías para el programa lunar Artemis.
Además, España es uno de los países que más ha apostado por reforzar la investigación en observación de la Tierra, energías limpias y misiones relacionadas con el clima, áreas que estarán especialmente reforzadas en la nueva propuesta de la ESA.
La presencia de astronautas españoles también gana protagonismo con la incorporación de Pablo Álvarez y Sara García a la última promoción.
La ESA ha reiterado su compromiso de facilitar oportunidades de vuelo a estos perfiles, una cuestión que suele estar vinculada al nivel de contribución de cada país a los programas tripulados.
La ESA insiste en que su relación con la Unión Europea será clave para garantizar la continuidad de las misiones Copernicus y Galileo, consideradas “programas faro”.
A su vez, descarta cualquier reanudación de los acuerdos con Rusia en exploración espacial y reafirma que la competencia tecnológica global obliga a Europa a actuar con rapidez.
La decisión final dependerá de la suscripción que logren los Estados miembros en Bremen.
Si la propuesta obtiene respaldo, Europa dará un salto en su capacidad espacial. De lo contrario, advierte la agencia, la brecha con Estados Unidos, China o India podría ampliarse en los próximos años.
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