Conmemoración

24 de Septiembre: Historia de San Fernando, de España y de la humanidad

  • La celebración de Las Cortes permite recordar el papel jugado por La Isla en la historia del Parlamentarismo, más allá del acto institucional central

Visita teatralizada al Ayuntamiento de San Fernando.

Visita teatralizada al Ayuntamiento de San Fernando. / Sonia Ramos

La programación del 24 de Septiembre ha incluido, además del acto institucional, actividades que han permitido conocer el patrimonio vinculado a Las Cortes de La Isla, pero también recordar una historia tan importante de la ciudad que año a año se conmemora y se abre al ciudadano para que no se olvide el papel jugado por este territorio en la defensa contra las tropas napoleónicas a principios del siglo XIX y en los intentos de modernización del régimen imperante. Como decía el macero de las Casas Consistoriales, uno de los personajes que en estos días han sido anfitriones de los isleños en las visitas teatralizadas organizadas "hoy [por el 24 de septiembre] es un día señalado de la historia de La Isla, de España y por qué no decirlo de la humanidad".

El Ayuntamiento ha abierto sus puertas una vez más para mostrar todo su esplendor. "¿Se puede visitar?", pregunta una señora en la Plaza del Rey al ver salir a uno de los grupos. "Había que reservar plaza", le aclaran. Una media hora antes, una mujer del pueblo llano, caracterizada de la época, ha saludado a los citados para meter en antecedentes a los visitantes: quiénes eran los escopeteros salineros o la expectación por el cortejo de diputados llamados a Cortes son algunas de las cuestiones históricas que cuenta.

Dentro, el macero acompaña a los asistentes al salón capitular, previo recorrido por las imponentes escaleras imperiales, donde se reuniones esos diputados antes de marchar hacia la Iglesia Mayor. Historia, anécdotas y humor se mezclan para hacer amena la sesión, hasta música porque el personaje sorprende cantando una jota aragonesa y cambiando el compás por soleá para mostrar el origen de las alegrías, que se cantaban en plena Guerra de la Independencias. "Es llamativo que en el asedio de Cádiz disfrutaran de mejores condiciones de vida los asediados que quienes asediaban", señala entre las risas del público.

El personaje de José Antonio Salinas explica la historia del Teatro de Las Cortes. El personaje de José Antonio Salinas explica la historia del Teatro de Las Cortes.

El personaje de José Antonio Salinas explica la historia del Teatro de Las Cortes. / Sonia Ramos

Detalles de la estética del Consistorio, después de la rehabilitación ejecutada, o sobre la mesa presente en las sesiones de Cortes –restauradas por los técnicos municipales y de la que se conservan cuatro patas– forman parte de la narración.

Las visitas teatralizadas permiten seguir el recorrido de los diputados aquella mañana del 24 de Septiembre en que dieron inicio Las Cortes de La Isla. La comitiva bajo mazas salió del Consistorio y se dirigió a la Iglesia Mayor, donde los diputados protagonizaron el juramento de lealtad (también al Rey). En el templo otro personaje acoge a los participantes en estas visitas y da las explicaciones oportunas sobre el inmueble.

Un diputado, en la puerta de la Iglesia Mayor. Un diputado, en la puerta de la Iglesia Mayor.

Un diputado, en la puerta de la Iglesia Mayor. / Sonia Ramos

En el Real Teatro de Las Cortes es el personaje de José Antonio Salinas, uno de los dos empresarios del Teatro Cómico de la época, el que espera a los curiosos ciudadanos. "Llevo apareciendo por aquí 211 años y no me hacen caso", se presenta sin desvelar a qué se refiere con esa explicación, aunque más tarde se hará eco de la anécdota. También hace mención a las vicisitudes en la construcción del teatro, el primero techado de la villa, hasta que se inaugura en 1804.

El teniente general Pedro González Llamas, aposentador de Las Cortes, decide que el mejor sitio para las sesiones es el Teatro, y encarga a Antonio Prat la reforma del espacio. Los dueños se negarían a acoger a los diputados en 1813 para una última sesión antes de volver a Madrid por el pago que nunca recibieron por el uso del inmueble. "¿A ti te han pagado? ¿Y a ti? Yo todavía sigo esperando", bromea en un ejemplo de “historia de la historia”.

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