Colegio de Farmacia

Tras la pandemia, redescubre lo que la farmacia puede hacer por tu salud

  • Medida de la presión arterial, del riesgo cardiovascular, consejos nutricionales, para la piel o para dejar de fumar, servicios que ofrecen las farmacias, más allá de los medicamentos

Farmacia

Farmacia / M.G.

Durante los peores momentos de la pandemia de la COVID-19, las farmacias se convirtieron en un espacio de referencia cotidiano para muchas personas. No sólo para que le dispensaran sus tratamientos o aquellos productos sanitarios de protección frente al coronavirus, sino también para conseguir información, el consejo o la recomendación en cuestiones de salud de un profesional sanitario cualificado y muy próximo como es el farmacéutico, que en muchos casos es un rostro muy familiar y cercano para los pacientes, con un vínculo forjado desde muchos años atrás.

Los niveles de alerta frente al COVID-19 se han reducido y la vida, en gran medida, ha vuelto a ser prácticamente la misma que antes que irrumpiera la pandemia. No obstante, al igual que en aquellos duros momentos, las farmacias siguen aportando un valor añadido a los usuarios que acuden a diario a sus establecimientos. Mucho más de lo que a priori parece. Para el común de la sociedad, la oficina de farmacia es ese lugar donde puedes acceder a los medicamentos que necesitas, siempre bajo la supervisión, consejo y recomendación de los profesionales que ahí desempeñan su labor. Cierto. Pero hay que sumar mucho más: las farmacias son también esos espacios sanitarios, próximos –en Cádiz hay una farmacia a menos de 500 metros de cada domicilio– y accesibles durante muchas horas a lo largo del día, en los que pueden ayudarnos a conocer un poco mejor nuestro estado de salud y a prevenir posibles enfermedades.

Hay muchas enfermedades crónicas que, a causa de la emergencia sanitaria que ha supuesto la pandemia, han quedado en un segundo plano. Patologías como la diabetes, la hipertensión arterial (HTA) o la obesidad, cada vez más prevalentes entre la sociedad y que merecen una atención prioritaria. Estos son algunos de los motivos por los que cualquier persona tendría buenos motivos para volver de forma más asidua a una farmacia, para así tener un mejor control de su salud.

Una acción muy común en las farmacias es la toma de la presión arterial. En el caso concreto de muchas farmacias andaluzas y gaditanas, incluso se ofrece un servicio profesional sanitario que recibe el nombre de MAPAfarma®, que permite monitorizar durante 24 horas la presión arterial para comprobar la posible existencia de HTA. Es el mejor método disponible para diagnosticarla, especialmente útil en personas en las que hay sospecha de que sufran HTA aislada (conocida como de ‘bata blanca’, ya que algunos usuarios pueden sentirse especialmente nerviosos en una consulta médica), aquellos pacientes con variabilidad de la HTA en consulta durante la misma o varias visitas, aquellos que tienen mal controlada la enfermedad pese a estar en tratamiento o pacientes con sospecha de alteraciones de la tensión arterial durante las fases de sueño.

El hecho de poder hablar durante unos minutos con un farmacéutico –ya sea en el mostrador, o incluso en algunos espacios habilitados en las reboticas a modo de consultas– es también una vía de entrada a un mejor control de nuestra salud.

En una entrevista con el paciente, el farmacéutico puede identificar factores de riesgo biológicos y de conducta: cómo es nuestra adherencia a los tratamientos prescritos, nuestra alimentación, ejercicio, etc. A ello habrá que sumar datos biométricos de la persona, tales como el peso, la altura –y a partir de ahí calcular el Índice de Masa Corporal (IMC)– o los obtenidos en pruebas como la medida de presión arterial. Así, por ejemplo, se le podrá informar al paciente sobre su posible riesgo de sufrir un evento cardiovascular. En las oficinas de farmacia es posible igualmente contar con registros biológicos que pueden ayudar a cuantificar el nivel de glucosa, el de colesterol o el de triglicéridos.

Consejos para la piel, nutrición y para dejar el tabaco

Junto con el medicamento, en las farmacias también se puede acceder a distintas actividades destinadas a la promoción de la salud, más allá que toma de tensión o registro de parámetros biológicos. Muy común es el consejo en dermofarmacia, tanto para la piel como para el cabello, con asesoramiento personalizado a cada persona en función de las características individuales de cada paciente.

Algo similar ocurre en cuanto a consejo nutricional. Las farmacias gaditanas tienen amplia experiencia en este sentido, como quedó patente con los programas ‘Peso y Salud Infantil’ y el posterior ‘Peso y Salud en el mayor’. Tras pasar por la habitual báscula disponible en todas las farmacias para conocer el peso y la altura y cómo se traduce esa realidad en la salud de cada persona –en base al resultado obtenido de IMC–, se le ofrecen consejos específicos para seguir una alimentación saludable en base a sus necesidades nutricionales, específicas según los distintos grupos de edad, si presenta patologías crónicas, etc.

Aprovechando su capilaridad y cercanía a la población, las farmacias gaditanas son también un recurso de gran utilidad para decir adiós al tabaquismo. Al igual que los hospitales o los centros de salud de toda Andalucía, el Colegio de Farmacéuticos de Cádiz también está adherido a la Red Andaluza de Servicios Sanitarios y Espacios Libres de Humo (RASSELH), a la que también pueden estar vinculadas las propias oficinas de farmacia, debiendo cumplir una serie de criterios, entre los que se encuentra el fomento activo de la deshabituación tabáquica. Un estudio realizado en farmacias de toda España puso de manifiesto que el 40% de aquellas personas que habían recurrido a uno de estos establecimientos sanitarios para dejar el tabaco, habían superado el proceso con éxito.

Y sin dejar de lado al medicamento, que es el elemento fundamental y que da principal sentido a la actividad de las farmacias, no se puede olvidar tampoco el Sistema Personalizado de Dosificación de Medicamentos (SPD), un servicio muy extendido entre la red farmacéutica de la región y que facilita a los pacientes –especialmente aquellos más edad, que suelen ser pacientes crónicos y polimedicados– un mejor control de los tratamientos que han de tomar y cuándo deben hacerlo, mejorando así su grado de adherencia terapéutica y evitando problemas por ingesta inadecuada de fármacos u olvidos en las tomas.

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