Causa criminal

“¡Te voy a matar, ya me tienes harto!”: habla la mujer agredida por su pareja con una barra de hierro

Acusado en el momento del juicio

Acusado en el momento del juicio / EFE

Los hechos tuvieron lugar el 20 de febrero de 2021 y tras dos años de prisión preventiva, se está celebrando el juicio en Pamplona por lo sucedido en el municipio navarro de Azagra. En él se acusa a Santiago, de 65 años, de haber golpeado varias veces a su entonces pareja, Ana, con una barra de hierro en el cráneo y otras zonas del cuerpo.

La víctima quedó inconsciente, haciendo creer a Santiago que había muerto, por lo que se entregó ante la Policía afirmando que había acabado con la vida de su pareja. Tras lo ocurrido ella pasó dos meses en coma y estuvo más de 500 días intentando recuperarse. Tiene secuelas para el resto de su vida. La Fiscalía pide para el agresor 14 años y medio de cárcel.

La noche anterior a los hechos Ana regresaba del turno de guardia que había hecho como enfermera, cuando tuvieron una fuerte discusión por motivos económicos. Al parecer, ella se quería divorciar después de 10 años de una relación en la que las discusiones eran habituales.

La casa en la que ambos vivían pertenecía a Santiago, que según ha testificado, decidió compartir con ella cuando iniciaron su relación, afirmando que “la acogió” en su vivienda. Ella ha negado esta versión y ha contado en el juicio que llevaba tiempo queriendo separarse de Santiago, pero que él lo evitaba. 

Los hechos

Según ha contado éste durante el juicio, no llegaban a ponerse de acuerdo sobre este tema. La discusión, aunque finalizó esa noche, volvieron a retomarla al día siguiente. Santiago comenta que fue muy larga y que, de hecho, estuvieron en tres estancias diferentes de la casa hablando.

Ana se había citado con su vecina para ir a caminar ese día y ante la ausencia, la vecina decidió llamarla para ver qué ocurría, interrumpiendo la discusión que mantenían Santiago y Ana. Él le pidió a su pareja que no atendiera a la llamada, pero ella no solo no le hizo caso sino que le contó a su vecina que Santiago la quería matar.

Él, que perdió los estribos, le arrebató el móvil a Ana. La versión del agresor es que cuando esto sucedió ella le golpeó con un espejo de grandes dimensiones y que ya no recuerda nada más.

Lo siguiente de lo que se acuerda es de que se despertó con un bastón de hierro en la mano, que no sabe cómo cogió ni cómo acabó en la habitación de ella.  “De la agresión no recuerdo absolutamente nada, no sé cómo se produjo el asunto.

Sí recuerdo que empiezo a notar una sensación olorosa que me desconcierta, un olor desagradable”, ha declarado. También ha contado que su pareja se quedó tumbada en el suelo, herida, y que no tenía mucha sangre.

Tras los hechos Santiago abandonó la estancia y cogió el coche de ella “completamente aturdido” para “agilizar las cosas”. “Estaba fuera de mí y no me fijé en los detalles”, aseguró cuando le han preguntado si no vio heridas ni sangre en la cabeza de Ana, a quien “nunca” creyó que había matado. “Empecé a acelerar, sin rumbo, y fui a la Policía Foral de Estella”, ha concluido. Allí manifestó que creía que había matado a su mujer.

Según la defensa, Santiago sufrió una implosión psicológica que lo llevó a actuar de esa manera.

Santiago Martínez Martínez ha reclamado, durante el juicio, que le apliquen las atenuantes de confesión (“por haber ido a la Policía Foral el día que agredió a la mujer para decir que había matado a su pareja), reparación del daño (porque ha depositado 120.000 euros y ha puesto a disposición su patrimonio para indemnizar a la víctima) y arrebato u obcecación, por haber cometido los hechos, según sus psiquiatras de parte, cuando sufrió un ataque psicológico por las continuas discusiones que tenía con su pareja.

A todo ello le suma la solicitud de que se considere que tenía anuladas parte de sus facultades por un trastorno mental transitorio. Durante su declaración Santiago no mostró atisbo de arrepentimiento e intentó en todo momento mostrarse como la víctima de la situación con su mujer.

El relato de la víctima

La víctima, por su parte, pidió declarar acompañada de su hermana y su psicóloga. Ha contado que su agresor no paraba de repetir “¡Te voy a matar! ¡Ya me tienes harto y te voy a matar, así que prepárate que ya estás muerta!”

Relató que su entonces pareja le golpeó en el cráneo y le provocó secuelas de por vida con la pérdida de neuronas que la han convertido en una persona dependiente. Le han dado la incapacidad total y, a pesar de que vive sola, sus familiares tienen que asistirla para tareas tan básicas como ducharse.

Su hermano ha detallado ante los medios de comunicación que se alegran de que su hermana esté viva, puesto que los médicos no contaban con ella, pero que ya no es la misma persona. La Ana de antes ya no está. 

Hasta ahora el acusado siempre se había negado a declarar. Lleva dos años en prisión provisional mientras está estudiando la carrera de Psicología desde el centro penitenciario.

La Fiscalía pide para él 14 años y medio de cárcel y 10 más de libertad vigilada. Además tiene prohibido comunicarse con la víctima y se solicita una orden de alejamiento a menos de 500 metros durante 20 años. Se pide también una indemnización a su víctima por 75.000 euros en concepto de daño moral, así como la cantidad que se fije en ejecución de la sentencia.

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