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Sociedad

Cañizares ve una "maldad" educar en la ideología de género

  • El arzobispo afirma que la ley que regula el trato a alumnos transexuales provocará la destrucción de la familia

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, considera que "adoctrinar" a los niños en ideología de género es "una maldad" y censura que en algunas autonomías se pretenda imponer "a modo colonizador de las conciencias y aun por la fuerza, mediante una legislación". En una carta pastoral con el título La gran urgencia: salvar a la familia, Cañizares pide a las instituciones autonómicas valencianas que "repiensen" la aplicación de la ley sobre ideología de género, que en estos momentos se encuentra en trámite de aprobación en las Cortes valencianas.

"Tenemos que actuar por la dignidad de las personas y contra todo tipo de discriminación, pero negar la diferencia biológica entre varón y mujer no es ir a la solución", señala Cañizares, que pone en duda que los proyectos legislativos que fomentan la ideología de género "eviten la discriminación de los colectivos vulnerables". En el texto, Cañizares, parafraseando unas declaraciones que según afirma hizo el papa Francisco, señala que "adoctrinar a los niños en ideología de género es una maldad".

También se refiere a otras manifestaciones hechas por el Pontífice respecto a la ideología de género, en las que Francisco dice que en Europa, América, América Latina, África y en algunos países de Asia hay "verdaderas colonizaciones ideológicas" y una de éstas es "la ideología de género".

"Hoy a los niños en la escuela se les enseña esto: que el sexo cada uno lo puede elegir. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Esto es terrible", asegura Cañizares que dijo el Papa.

En la pastoral, el arzobispo de Valencia subraya que gran parte de los "problemas sociales, y aun personales de hoy, tienen sus raíces en los fracasos o carencias de la vida familiar". "Luchar contra la delincuencia juvenil, contra la droga o la violencia, o contra la prostitución de la mujer y favorecer al mismo tiempo el descrédito o el deterioro de la institución familiar, basado en el matrimonio único e indisoluble de un hombre y una mujer" es una "contradicción y una desfiguración de lo verdadero", afirma.

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