El alcalde de Espera, Pedro Romero es una de las figuras claves de IU en la Sierra tras cumplir 17 años como regidor. Gobierna la localidad con mayoría absoluta, con 9 ediles, frente a 2 del PSOE.

–Va por el quinto mandato consecutivo, ¿dónde está la clave de tanto apoyo en su pueblo?

–Creo que en la cercanía y que hemos trabajado mucho, que teníamos un proyecto serio. Espera estaba muy mal cuando llegamos. Hemos tocado todos los sectores del pueblo, desde la limpieza y embellecimiento hasta trabajar en el tema industrial y en el social con una residencia nueva.

–Espera en los años más duros de la crisis hizo un frente común con asociaciones, ayuntamiento, e incluso, la iglesia local para arropar a la gente que lo estaba pasando mal ¿Qué queda de todo aquello?

–Somos un pueblo solidario. La situación menos mal que ha ido cambiando y la gente ha vuelto a trabajar. Es cierto que ahora se está notando la recesión económica de la que se está hablando, pero es verdad que el pueblo dijo entonces ¡aquí estamos en la calle! para denunciar lo que estaba pasando. Creo que gracias a esa presión nuestra y de otros pueblos, la Diputación y la Junta de Andalucía empezaron a hacer programas de empleo. Si no hay medidas de presión, no hay soluciones. Lo estamos viendo con los agricultores.

–Durante su etapa como diputado provincial abanderó la exigencia de esos planes de empleo porque decía que no había manera de tirar para adelante

–Estábamos en la oposición y de hecho, la presidenta de la Diputación actual, Irene García, tomó nota de aquella historia y todos los años está poniendo un plan de empleo e inversiones encima de la mesa. Y eso fue gracias a aquel momento y ella ha sido coherente con lo que reclamábamos en la oposición en la institución provincial. A Diputación hay que reconocerle su papel de estos años, que está siendo muy bueno.

–¿Cómo ve el matrimonio entre Podemos e IU en general? Usted fue una de las voces críticas con esa alianza en su pueblo

–Me negué en Espera y exigimos que Podemos se presentara por su cuenta y nosotros como Adelante en las elecciones municipales. Ahora mi sensación es que a nivel nacional se va a consolidar porque todos los bloques, de derechas o de izquierdas, se están uniendo. Es que no queda más remedio.

–Pero algún disgusto le costó

–Sí, con la dirección regional de IU en Andalucía. Pero al final hubo coherencia y la dirección andaluza, con Maíllo al frente, se portó muy bien. Creo que fuimos el único pueblo en el que Adelante tenía una candidatura y Ahora Podemos llevaba otra.

–IU en la Sierra le ha dado su confianza al PSOE en la Mancomunidad, pero no un cheque en blanco

–La Mancomunidad tiene un potencial enorme. Es verdad que ha habido mucha limitación financiera en los últimos años. Pero tenemos que ponernos las pilas. La Mancomunidad tiene que prestar servicios. Hay un proyecto como el de una bolsa de policías mancomunada, que sería clave porque los pueblos pequeños tenemos un problemón con la movilidad de las plazas de este cuerpo.

–La localidad se ha agarrado a un sector innovador como la aeronáutica, con una empresa que fabrica componentes para aviones ¿cómo les afecta ahora que se anuncian despidos?

–Lamentablemente, la empresa asentada aquí ha hecho un ERTE, que afecta a entre 32 y 40 trabajadores. No son todos de Espera. Es algo sólo temporal porque es un sector estratégico y Espera tiene muy buenos profesionales y los empresarios que están al frente de esta firma tienen muchos conocimientos y saben dónde tienen que buscar. Tuvimos la suerte de que un empresario espereño apostara por ese sector y viniera a Espera a montar una empresa y este Ayuntamiento le abrió las puertas y cedió terreno. Hay un 80% de trabajadores que sigue trabajando con normalidad. Este sector nos permitió crecer mucho y mover la economía local, igual que la actividad del hormigón, del asfalto y las empresas de excavaciones. Somos el único pueblo de la comarca con actividad aeronáutica, quitando Puerto Real y Puerto de Santa María. Espera estaba sumergida en la crisis en 2008 y llegó la aeronáutica y fue un boom. Indiscutiblemente el hormigón y la aeronáutica le han dado mucha vida al pueblo, a familias y negocios. Confiemos que siga así. El hormigón llegó y pegó fuerte en Espera en 2002 y 2003. Aquí ha habido hasta 40 empresas, y continúa unas 15. Ha trabajado todo el mundo que ha querido.

–Tanto que, incluso, montaron junto a una empresa una escuela de formación aeronáutica.

–Sí, creo que somos de los pocos pueblos que tienen esta iniciativa en toda la provincia. Por desgracia, hay chavales que han terminado los cursos y no pueden hacer las prácticas porque ha empezado a decaer la cosa. La idea es que se sigan haciendo esos cursos. No me cabe duda de que la actividad remontará. Creo que esto es un tema temporal, que también afecta a Europa, y se abrirán nuevos caminos para Boing y Airbus.

"Hemos abierto una residencia, que gestiona Fegadi, que puede generar en torno a 40 puestos de trabajo”

–¿Y qué apuestas más tiene el Consistorio para dinamizar la economía local?

–Hemos creado una residencia de titularidad municipal para personas con discapacidad, que sacamos a concurso y la gestiona Fegadi. Nos ha venido muy bien porque está creando empleo. Y tenemos el compromiso de la Junta de que podría concertarse todas las plazas. Nos está ayudando también la Diputación. Creo que al final de año podríamos tener todas las plazas cubiertas, unas 30, y eso va a suponer 40 empleos más. Entiendo que Espera no puede competir con otros pueblos más turísticos como Grazalema, El Bosque... Pero tenemos un hotel terminado hace un año, que era la antigua guardería de temporeros. A veces la burocracia nos mata. Nos falta la aprobación del cambio del uso del suelo, que era educativa a comercial. El hotel es clave con el tema turístico de las ITI Pueblos Blancos y las propuestas que tiene. Hay viabilidad para que se amplíe la Vía Verde a más pueblos y estaremos atentos para que Espera no se quede descolgado. Con respecto al campo espereño, en su momento se intentó los regadíos que podrían haber sido una solución pero fue imposible. Desde un pueblo es difícil que se le dé respuestas y ayudas al agricultor. Tiene que ser que se le den bonificaciones desde otras administraciones superiores y cambiar el sistema actual. En el tema del campo, tenemos lo que tenemos y ojalá lo conservemos.

–Han sido un pueblo jornalero. ¿Ahora cómo están?

–Hay gente en el campo. No es como antes porque hay más actividad en otros sectores. Antes se iban 500 personas a la fresa y los tomates y eso se acabó. Sigue yendo gente, pero no en cantidad como antes. El campo se mantiene vivo por el papel clave que hacen los agricultores. Es verdad que tiene que haber un cambio en la agricultura pero con un modelo capitalista como el que tenemos es muy difícil.

–Los espereños tienen un patrimonio monumental desconocido para muchos

–Tenemos un patrimonio importantísimo, con un Castillo de mil años, con el Molino de los Diezmos,el museo local, los yacimientos arqueológicos de Esperilla y Carissa Aurelia, el complejo endorreico de la laguna… Estamos bien situados para las comunicaciones con Cádiz y Sevilla, pero competimos con las Sierras de Grazalema y Ronda. Y la gente cuando viene a la comarca se va de Villamartín para arriba a los pueblos más cercanos a esas zonas.

–¿Y las arcas municipales?

–Ha habido siempre un problema eterno con la Seguridad Social, que ya lo hemos podido solucionar con los fondos de ordenación y estamos al día y se paga mensualmente.