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Tromba en la Sierra

“Mi casa era un río. Hemos temido por nuestras vidas”

  • Una tromba de agua concentrada en el eje entre Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle y Ronda cogió por sorpresa la noche del domingo a los vecinos. Este lunes se afanan en volver a la normalidad

Una de las viviendas más afectadas por la tromba de agua del domingo, en Setenil.

Una de las viviendas más afectadas por la tromba de agua del domingo, en Setenil. / Ramón Aguilar

Barro y lodo por todas partes. La casa de la familia de María, vecina de Setenil de las Bodegas, parece este lunes la zona cero de un desastre que duró la noche del domingo menos de una hora, pero que dejó a su paso cuantiosos destrozos. Una tromba de agua concentrada en el eje entre Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle y Ronda cogió por sorpresa a los vecinos de la zona, que vieron cómo una rápida tormenta descargaba entre las ocho y las nueve de la noche más de 50 litros.

“Nos vimos en una riada en un momento. Mi casa se quedó de pronto rodeada de agua como si estuviéramos viviendo en medio de un río, agua por un lado y por otro”, explica María con el susto a un pegado en el rostro tras una noche de infarto, en la que ella y su marido tuvieron que ser rescatados por los efectivos ante el desastre que inundó su vivienda de varias plantas.  

Ambos fueron desalojados porque su casa quedó inundada y llena de lodos y tuvieron que pasar la noche con otros familiares del pueblo. Ellos son vecinos de la zona de Nogalejo, en Setenil, junto a una gasolinera, uno de las áreas más devastada por la tormenta del domingo que descargó con fuerza ocasionando daños materiales al igual que en algunas naves de un polígono industrial del pueblo. Además de ellos, otras 20 personas se vieron afectadas por los desperfectos que el agua ha dejado en sus casas, aunque no tuvieron que ser desalojadas de sus inmuebles. Tras la tromba, el Ayuntamiento de Setenil tuvo que activar un protocolo de emergencias para hacerse cargo de la situación y pedir ayuda a Bomberos y Guardia Civil ante los hechos.

Hemos pasado un miedo horrible”, sigue narrando la setenileña María, señalando cómo ha quedado un muro exterior de su jardín derrumbado por la fuerza del agua que venía de otro punto del pueblo. “A mi marido le pilló saliendo de casa, y tuvo que encaramarse a una balaustrada para que no se lo llevara el agua por delante. De la fuerza que llevaba la riada, una maceta lo golpeó, incluso, en una pierna.  Fue en el momento justo en el que yo abrí la puerta de la calle para ver qué ocurría por un estruendo que escuchamos”, narra la afectada con cepillo en mano, afanándose en las tareas de limpieza de su vivienda. Junto a ella, familiares y amigos llegaron este lunes para echar una mano para intentar que puedan volver a la normalidad lo antes posible. También, los bomberos se afanaban en achicar y quitar el lodo de la parte del jardín de esta casa afectada.

“No sabemos los daños. Todavía no he podido acceder a la parte de atrás, donde tengo enseres”, afirma la mujer, quien expresa su indignación porque otra vez está viviendo el mismo episodio de inundaciones que en otras ocasiones. “Es la cuarta vez que se nos inunda la casa. Cuando llueve, el agua de por ahí arriba viene hasta aquí. Ese es el problema. No sé quién tiene que poner remedio. Ya lo hemos dicho en el ayuntamiento. Tiene que haber una solución. No podemos estar cada instante así. La última vez me pillo con mi nieta en mi casa y también tuvimos que llamar a los bomberos”, narra la afectada, con temor.

A dos pasos de estas viviendas del Nogalejo se encuentra la gasolinera de Setenil, que también se vio afectada por la repentina lluvia. Uno de los trabajadores se vio sorprendido por la riada y vio cómo bombos vacíos de gasoil corrían calle abajo por la fuerza del agua. “En el cuarto de baño entró agua. Algunos bombos de gasoil llegaron hasta la rotonda y hasta una venta de al lado. Los contenedores estaban desplazados. LLevamos toda la mañana limpiando. Aquí cada dos por tres te encuentras esto”, explica un trabajador.

Así que las mangueras de agua, los cepillos, cubos y cualquier material de limpieza fueron las armas este lunes para intentar recuperar cuanto antes la normalidad. El Ayuntamiento de Setenil movilizó a sus operarios y efectivos para limpiar y ayudar en las tareas para volver lo antes posible a la citada vida normal.

 La tromba también sacudió a Alcalá del Valle, dejando daños en casas, vehículos, caminos rurales y accesos. En Alcalá del Valle la calle más afectada es la travesía de la Alameda, que quedó totalmente inundada en la noche del domingo, creando estupor entre los vecinos. "Esto es el demonio", decía con incredulidad un afectado al ver cómo el agua se llevaba por delante, en un segundo, muros y plantas de su vivienda en el campo, según los vídeos que han circulado por la red, dando cuenta de la envergadura de esta tormenta del domingo.

Hay que recordar que la Agencia Estatal de Meteorología había activado la alerta amarilla el domingo por precipitaciones en la zona de Ronda y Grazalema.

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