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Semana Santa

"No dudé un instante en aceptar ser el pregonero de la Semana Santa"

  • Juan Carlos Torrejón confiesa que la llamada le produjo "una absoluta felicidad"

El pregonero ofreció sus impresiones tras la elección. /FITO CARRETO

Una llamada alrededor de las once de la noche del miércoles. Un asunto que parecía profesional entre colegas. Y una propuesta que costó asimilar pero que fue aceptada inmediatamente. Así es como Juan Carlos Torrejón se confirmó hace dos días como pregonero de la Semana Santa de 2018 tras la llamada del presidente del Consejo, Juan Carlos Jurado. "No dudé un instante, porque sería falso no decir que siempre fue una ilusión para mí", confesaba ayer, en una novedosa rueda de prensa que ofreció el pregonero en la sede del Consejo, que con gestos de este tipo empieza a evidenciar ese giro de la nueva permanente que ha repetido Jurado en numerosas ocasiones.

Torrejón confesó ayer que el momento de recibir el encargo fue "de absoluta felicidad", que él refleja fielmente "en la cara de mi hija María, con los ojos vidriosos y la mano temblando porque sabía de qué estaba hablando su padre y porque vive muy de cerca las hermandades".

Aceptado el encargo y serenados los ánimos tras la alegría inicial, con el teléfono aún echando humo de llamadas y mensajes de felicitación -ninguno por parte municipal aún, confesó ayer el pregonero, salvo la felicitación del portavoz socialista Fran González- Juan Carlos Torrejón advierte ya que su pregón será "clásico, porque no sé hacerlos de otro tipo" y que será "el pregón de mis vivencias de la Semana Santa". Vivencias que en su caso definen lo que es pertenecer a una hermandad, ser un hermano de fila, formar parte de una junta de gobierno, presidir la cofradía como hermano mayor (como le ocurrió en Piedad entre 2001 y 2004), ser miembro del Consejo de Hermandades, o meterse debajo de un paso, entre otras muchas facetas que han conformado toda una vida ligada a las hermandades gaditanas.

Su idea es que el texto esté acabado en diciembre, porque confiesa que durante la Cuaresma "me gustaría que el pregonero estuviese con las hermandades", siguiendo el camino que en este sentido marcó Juan Mera esta última Cuaresma. Tres meses tiene por delante Torrejón, por tanto, para plasmar esas vivencias en un pregón que ya le ha proporcionado una "absoluta 

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