Miguel Ángel Maján. Capataz

"No se me olvida la imagen que ofrecía la plaza de la Catedral llena de pasos"

  • Recuerda con orgullo que dirigió el de la hermandad de Jesús Caído, uno de los quince que participaron en la procesión magna de hace 30 años, situado entre Sentencia y Nazareno del Amor

Miguel Ángel Maján es un torrente de anécdotas y recuerdos cuando habla de su cofradía de Jesús Caído y alude antes que nada a que formó parte de aquella primer cuadrilla de 22 hermanos cargadores que en el año 1965 asumieron portar a la Virgen de los Desamparados, de la que ha sido capataz 13 años, siendo el primero Rafael Barroso.

También mantiene entre sus recuerdos aquellos ensayos previos en el patio del colegio mayor Beato Diego, con sacos de arena sobre el paso, unos palos a modo de horquilla, marchas procesionales en un antigua magnetófono y mucha alegría.

Cita a Salvador Ramallo,  que procedente de la cuadrilla de la Virgen asumió el puesto de capataz cuando en 1969 se creó la primera cuadrilla de cargadores del paso de misterio y tampoco olvida a José María Otero Lacave y a Joaquín Fernández-Repeto, que fueron sus ayudantes.

En aquellos años la cuadrilla colaboraba en los traslados de los pasos de distintas cofradías, entre ellos Descendimiento, y sacaba también el paso del Resucitado.

De la magna de 1982 dice que entre ambas cuadrillas de hermanos se celebró un sorteo para elegir a los 42 que iban a portar a Jesús Caído en el cortejo y los capataces  fueron Ramallo y él.

Conserva también en su memoria la cuadrilla de ese día de la que alude a los manigueteros. Delante Rafael Jiménez Moreno y Pedro González González, detrás José Eladio Según Mateo y de espejos  José María Arjona Dorronzoro Federico Joly Palomino, José María Otero, Juan Freire Pazo y Javier Moyano Cabeza.

Guarda con orgullo haber participado en aquel acontecimiento cofrade, que califica de impresionante,  y no olvida la imagen que ofrecían los 15 pasos en la plaza de la Catedral, pese a que el primer templo diocesano estaba cerrado entonces.

El paso con la imagen de Jesús Caído salió Del colegio mayor Beato Diego con antelación suficiente para estar en la Catedral a las cuatro de la tarde y Maján apunta que no fue un traslado muy atractivo por la ausencia de público a lo largo de todo el trayecto.

Durante el cortejo de aquel 10 de abril de 1982 dice que iban situados entre los pasos de Sentencia y Nazareno del Amor, que lució túnico morado, y acompañado por tres tambores a los que en la plaza de San Antonio se les unieron otros que habían acompañado a otros misterios.

Volvieron al colegio mayor casi con una banda, siendo precisamente una hermandad que salía sin acompañamiento musical, ya que ese presupuesto se destinaba a becas.

De ese año destaca que el hermano mayor era Manuel Vidal Suárez y el mayordomo el recordado Bernardo Periñán, alma mater de la hermandad.

Está seguro que la Magna de este año será un éxito, ya que si hace 30 años  se celebró sin problemas hoy sobran cuadrillas de hermanos, lo que permite también realizar relevos a lo largo del trayecto tanto a la ida como de regreso a los templos respectivos, en caso necesario.

 Miguel Ángel Maján, que ha sido también cargador del Cristo de la Buena Muerte durante veinte años y otros nueve capataz de su paso de misterio, considera que los relevos son positivos, pero lo que sigue sin asumir es que se cargue un día una advocación y al día siguiente otra, en una especie de semiprofesionalización, aunque sin recibir asignación económica alguna a cambio.

Asimismo entiende que el capataz debe vestir el hábito de su hermandad E ir cubierto con gato. Así lo ha hecho el siempre, excepto el año 1979, que se rompió en Carnaval el tobillo derecho y como lo escayolaron no se puso el hábito y salió con un traje oscuro. También ese Martes Santo les llovió por la plaza de las Flores.

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