Semana Santa

Vera-Cruz y Santo Entierro marcan el final de la Pasión

  • El buen hacer de las cofradías quedó deslucido por la falta de silencio del público durante la recogida

LA jornada del Viernes Santo fue algo atípica para lo que se está acostumbrado a ver dentro de las procesiones de la hermandad de la Vera-Cruz y de la Soledad y Santo Entierro.

No fue hasta la Estación de Penitencia de la Ilustre y Antigua Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, Nuestra Señora del Mayor Dolor, San Juan Evangelista y María Santísima de Consolación y Lágrimas, cuando empezó a complicarse el recorrido para una de las hermandades más antiguas de El Puerto. Debido a un error humano se vivieron algunos momentos de confusión entre el público, además de entre algunos nazarenos, ya que la modificación del recorrido propició la intervención del Cuerpo de la Policía Local en la Plaza de España para guiar al cortejo hasta la entrada de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros.

Tras varias carreras de los asistentes para hacerse con la primera fila, y tras tenerse finalmente el trayecto completamente claro, los hermanos de la Vera-Cruz comenzaron a recorrer los escasos metros que los separaban de la Puerta del Sol. Poco a poco todo el cortejo empezó a entrar en el templo mientras que apagaban los cirios para acceder a su interior.

Uno de los momentos más aplaudidos por los espectadores fue cuando los costaleros que portaban el paso de misterio del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz consiguieron entrar en la Basílica Menor sin apenas un esfuerzo aparente. La luz de la luna se dejó caer levemente sobre las esquinas delanteras y sobre el escudo del paso de misterio, que habían sido restaurados, otorgándoles una mayor viveza. Algo similar ocurrió con el paso de misterio de María Santísima de Consolación y Lágrimas, cuyas bambalinas también habían sido restauradas para tal ocasión.

A pesar que esta Hermandad se encontraba accediendo al templo tras la Estación de Penitencia sin ningún tipo de acompañamiento musical, ya que la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y la Banda de Música de Nuestra Señora del Carmen de Prado del Rey habían dejado de tocar, el público no dejó de hablar durante toda la entrada, creándose un murmullo bastante molesto para el momento que se vivió.

Algo similar ocurrió durante la salida de la Real, Ilustre, Fervorosa y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Madre y Señora de la Soledad, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y San Francisco de Paula, ya que a pesar del carácter solemne de esta procesión que se puede comprobar en la falta de acompañamiento musical en el paso de misterio, fueron muchos los que continuaron hablando ante el discurrir del cortejo.

Una de las principales novedades que presentaba esta Hermandad era la inclusión justo antes del paso de La Escalerita de un sudario, de unos clavos, y de una corona de espinas, siendo portados por tres monaguillas. Además, representaciones de otras hermandades que ya habían recorrido las calles de la ciudad algunos días antes, como La Borriquita, La Misericordia, o incluso El Nazareno, quisieron estar presentes durante las horas que esta Hermandad se encontró en la calle.

Como ha ocurrido durante otros años los crespones negros han acompañado tanto al paso de misterio del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo como al paso de palio de Nuestra Madre y Señora de La Soledad. A pesar del buen ritmo del cortejo, la entrada en la Carrera Oficial se realizó con algunos minutos de retraso.

Las agradables temperaturas que se registraron durante todo el Viernes Santo hicieron que el centro histórico de la ciudad estuviera completamente abarrotado de portuenses y de foráneos impacientes por ver a estas dos hermandades de nuevo en la calle. Además, una vez que finalizaron ambas procesiones, los establecimientos hosteleros estuvieron repletos hasta bien entrada la noche.

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