Viernes Santo

La Soledad recibe el amor del pueblo

  • Los puertorrealeños llenan las calles para ver el brillante recorrido de los pasos

Desde primeras horas de la mañana del Viernes Santo comenzaba la actividad en la iglesia conventual de la Victoria. La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro, como viene siendo tradicional, inició su día grande realizando el emotivo homenaje de la primera levantá. A las once y media de la mañana se iniciaba este ceremonial con una importante presencia de devotos y hermanos de la cofradía; esta vez la especial deferencia recayó sobre D. José Antonio Soria Ordoñez y D. Manuel Bello García, ambos antiguos hermanos mayores de esta congregación, realizando el primero de ellos la del Santo Entierro mientras que Manuel Bello hizo lo propio con el paso de la Soledad.

Casi una hora antes del momento establecido para la salida, el público comenzaba a buscar su pequeño espacio en las inmediaciones de la iglesia de la Victoria, anhelando ver como los titulares de la hermandad comenzaban el recorrido.

El paso del Santo Entierro, adornado con un primoroso friso de iris morados dispuestos por Manuel Corona junto al equipo de mayordomía, portaba la urna de bronce plateado y cristal en cuyo interior reposa el cuerpo sin vida de Jesucristo. Los cuatro ángeles custodios donados a la hermandad Ángel Carlier, gran benefactor de las cofradías de la Villa, lo escoltan. Levemente las paredes cristalinas del féretro permitían observar al yacente, la excepcional talla barroca de estética roldanesca. Las leves notas de la capilla musical Orpheus de San Fernando se unieron a los cantos sacros de un dúo vocal en su acompañamiento.

Tras los numerosos penitentes que siempre custodian a Nuestra Señora de la Soledad, aparecía el paso de palio, exornado por J. Sánchez Picardo con orquídeas blancas y flores de cera. Este año en sus respiradores se podían observar como novedad algunas de las pequeñas figuras que adornan sus capillas, caso de San Francisco, San Antonio de Padua, la Virgen del Carmen y la patrona de la localidad, la Virgen de Lourdes, realizadas en metal plateado y estrenadas para esta ocasión.

Este año ha sido novedad la dirección de los pasos, tanto el palio como el del Santo Entierro. Víctor Manzano y Luis Núñez se han encargan del guiar a los costaleros del Cristo, mientras que José A. Rosado y Francisco J. Quintero han hecho lo propio con aquellos que están bajo las trabajaderas del palio de Nuestra Señora de la Soledad.

Otros estrenos en esta salida procesional fueron las siete dalmáticas y dos ropones del cuerpo de acólitos, diez antifaces de la Virgen con el nuevo escudo bordado en hilo, así como los imperiales de los faroles del paso del Señor, los cuales han sido recientemente restaurados y plateados.

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