La Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo del Amor y María Santísima de la Paz, como cada madrugada del Viernes Santo, se convirtió en el centro de atención del pueblo de Barbate que se congrega a las puertas de San Paulino. Las dos de la madrugada es una hora mágica donde el silencio se antepone al sonido de la música de bandas de música para vencer de forma absoluta ante la fija mirada de las miles de presentes en la Plaza de la Inmaculada.

Esta cofradía barbateña realizó su estación penitencial dentro de la más absoluta rigurosidad de sus hermanos y hermandades que en un número de más de 200 desfilaron vestidos con sus tradicionales túnicas y antifaces negros con cinturón y zapatillas de esparto. El Cristo del Amor colgado en la cruz a punto de morir junto a su Madre bendita de la Paz, con la corona de espinas de su Hijo en sus manos, procesionaron sobre un paso de madera tallada estrenado en 1970 iluminado con cuatro hachones en las esquinas cargados por hermanos y con el único sonido de las horquillas.Este año se cambió el recorrido para entrar desde la Avenida del Mar, donde a pocos minutos de la salida se pasó por la tribuna oficial instalada en dicha avenida, hacía la calle Martín Machuca y dirigirse al interior de la Barriada del Mar para desembocar junto a la Parroquia de San José.

Un cortejo especialmente austero con un paso sin flores este año donde se ha donado el importe de las mismas para las víctimas del terremoto de Haití como han hecho otras hermandades de la localidad.

Ya durante el Viernes Santo cierra los desfiles de pasión la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, que un año más dio muestras de seriedad, respeto y amor a sus titulares. El cortejo salió a las 9,30 de la noche desde la Parroquia de San José con la plaza Basilio Valencia repleta de público que fue la nota predominante durante todo el desfile que se recogió ya entrado el Sábado Santo.

Un número cercano al centenar de nazarenos acompañaron a sus titulares por el itinerario previsto vistiendo túnica y antifaces negros y capa y cíngulo blancos. Con el cambio de itinerario el cortejo procesional pasó por delante de las nuevas instalaciones de la 'Asociación si quieres pueo' (Asiquipu) desde donde le cantaron varias saetas al paso de sendas imágenes. Este fue un momento especial del desfile donde los benditos titulares dieron su simbólica bendición al nuevo edificio recién terminado y donde se va a seguir trabajando por las personas con minusvalías psíquicas como viene haciendo la asociación desde hace unos 15 años.

El paso de misterio donde aparecía Cristo Yacente, obra del imaginero gaditano Luis González Rey que procesionó por primera en 2008, iba exornado con claveles blancos y cargado por primera vez por los componentes de la Asociación de cargaores de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro que en esta Semana Mayor se han estrenado en sus quehaceres respondiendo a la iniciativa de la propia hermandad. Un excelente estreno reconocido por todos, con el que la Semana Santa de Barbate ya posee tres grupos de portadores de pasos, que le dan especial realce.

Tras él, su Madre de la Soledad, la guapa de Barbate, que se mostraba vestida de una forma especial al estilo "Isabelino", que causó especial impacto por su originalidad.