San Antonio volvió ayer a conquistar las calles de Arcos. Esta hermandad, una de las de mayor tirón popular en esta localidad, volvió a reunir a numeroso público que quiso expresar su fervor y disfrutar de uno de los elementos más genuinos de la Semana Santa, arcense, como son los 'armaos', inspirados en la guardia romana de la tradición bíblica. Como manda la tradición, pasadas las siete de la tarde se abrían las puertas de la parroquia de San Francisco para que la hermandad de Nuestro Señor Atado a la columna, María Santísima de la Paz, San Juan Evangelista, Vulgo de San Antonio, pusiera en la calle sus tres pasos bajo la supervisión de su hermana mayor, Rosa Roldán Gil, que este año culmina su mandato de cuatro años en el cargo, según los estatutos.

La imagen de San Antonio, adornado con rosas blancas y portado por un séquito de 12 mujeres fue el encargado como siempre de abrir el cortejo procesional por ser hermano mayor honorífico. Detrás, lucía en su paso Nuestro Señor Atado a la columna, con túnica blanca y azulina, rodeado de claveles bajo los sones musicales de la agrupación de Nuestro Padre Jesús de Nazareno de Gilena (Sevilla). Y bajo la dirección de los capataces Manuel Jesús Roldán y Juan Manuel Muñoz, Nuestro Señor se entregó a la devoción popular. Detrás, brillaba María Santísima de la Paz, cuyo paso estaba adornado con orquídeas, a los sones de la banda de musical municipal.

Como en otras ocasiones, los 'armaos' fueron uno de los puntos de mayor atracción de este desfile procesional. Los 19 hombres que componen esta guardia desfilaron en honor de San Antonio. Hay que recordar que este singular grupo se recuperó hace 31 años y desde entonces no han faltado a su cita.

San Antonio elegirá a lo largo de este año su nueva junta de gobierno de hermandad.