La cofradía de la Piedad fue la primera que en la jornada del Martes Santo realizó su estación de penitencia en la Catedral, nada más salir de la cercana iglesia de Santiago, en la que tiene su sede canónica  y donde se formó el cortejo procesional.

La cofradía, acorde con su título de militar, contó con una representación del Ejército de Tierra formada por el jefe del RACTA 4, coronel Gabriel Martínez-Valera; el del Grupo GACTA, el gaditano teniente coronel Juan José Lucero, y el suboficial mayor, Anselmo Fernández.

Igualmente estuvieron presentes una escuadra de artilleros, al mando de un cabo, de los que cuatro escoltaron el paso de misterio y otros dos portaron el guión del Regimiento, (conocido como La Coronela),  que en 2010 cumple 300 años, que llegó a Cádiz el 18 de diciembre de 1868 y ahora radica en Camposoto, así como el del grupo de Artillería.

También formaron en la presidencia junto al director espiritual de la hermandad y rector del Seminario, José Manuel Daza, y el hermano mayor, Francisco Molina, el teniente de alcalde, José Blas Fernández, hermano de la cofradía, y el número uno de la misma en la actualidad, Jorge Müller, ademas de una representación de la cofradía de la Buena Muerte.

Antes de la salida se rezó un Padrenuestro al Cristo de la Piedad por los artilleros en misiones humanitarias, por los difuntos y por los enfermos, y un Ave María a la Virgen de las Lágrimas pidiéndole protección durante la estación de penitencia.

Uno de los músicos de la banda de cornetas y tambores del  Santísimo Cristo de la Victoria, de León, interpretó el toque de silencio cuando se izaba la cruz con el Cristo ya con el paso de misterio fuera del templo.

Quince minutos antes de las siete, con Tomás y Francisco Martín como capataces, salía el palio con la Virgen de las Lágrimas, a los sones del himno nacional, para luego la banda de música Pedro Álvarez Hidalgo, de Puerto Real, tocar la marcha Virgen del Valle.