Martes Santo

Confianza ciega en Nuestro Padre Jesús de los Afligidos

  • Los devotos expresan con respeto su fervor al Cristo que desfiló de manera brillante ante la multitud.

La Iglesia de la Santísima Trinidad volvía a convertirse ayer en el centro de la atención de los cofrades con motivo de la salida procesional de la Hermandad de Afligidos, una cofradía con fuerte arraigo entre los fieles.

Poco antes de las seis de la tarde, hora en la que Afligidos inició su recorrido, el público ya cogía sitio en los alrededores de San Telmo, en especial en el primer tramo de la calle La Plaza y en la calle Nuestra Señora de los Remedios. A esa hora, despuntaba la Cruz de Guía en la puerta de la iglesia y comenzaba su itinerario el cortejo procesional con su único paso con las imágenes de Jesús con la Cruz al hombro ayudado por Simón de Cirene, en el encuentro con su Madre, con las Santas Mujeres y San Juan Evangelista.

La Agrupación Musical Sagrada Cena, de Cádiz, acompañaba el discurrir de la cofradía con un centenar de penitentes con sus túnicas negras con capas y capirotes azules oscuro y unas 40 mujeres ataviadas con trajes de mantilla. Y por supuesto destacó el buen hacer de los hermanos costaleros que portaron con maestría y sufrimiento el paso del Cristo.

De esta manera, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, María Santísima de los Desconsuelos y San Juan Evangelista se presentaba ante sus devotos y el público en general en un Martes Santo primaveral con una temperatura extraordinaria como viene sucediendo desde el comienzo de la Semana Santa el pasado domingo.

El público en los palcos de la Carrera Oficial y a lo largo de la calle La Plaza daba la bienvenida a la procesión que giró hacia la calle Joaquín de los Santos para enlazar con Constitución y la Plaza Jesús Nazareno. Tras cruzar Hormaza, el cortejo se encaminó hacia Ramón y Cajal y Gravina para desembocar , tras recorrer varias calles, en la Plaza Mayor en su Estación de Penitencia frente a la Iglesia San Juan Bautista, instantes que acapararon la atención de la gente que aguardaban a Jesús de los Afligidos. Tampoco se quedó atrás la majestuosidad del paso a su llegada ante la Capilla de Santo Cristo, un enclave que aportó imágenes que quedarán grabadas en las retinas de muchos devotos.

Conforme se acercaba la noche, el desfile se hacía más brillante y concurrido a su paso por esquinas y rincones de la ciudad, ya que la procesión enfilaba hacia San Telmo pero por calles tan estrechas como Padre Añeto y Fierro, momentos únicos que pudieron ser disfrutados por numeroso público que se concentraba en los lugares claves del itinerario de la cofradía.

A todo ello, se sumaba el buen ambiente y el trasiego de cientos de personas en las principales calles céntricas de la ciudad, sobre todo en La Vega y La Fuente. Al cierre de esta edición, la cofradía de los Afligidos proseguía cumpliendo con su camino de vuelta a su templo.

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