En otros tiempos, fue hasta habitual ver dentro de los cortejos procesionales personas que representaban distintos motivos litúrgicos o eucarísticos. Entre ellos, estaban siempre las virtudes teologales. Ropajes con los que se representaban la Fe, la Esperanza y la Caridad que cayeron en el olvido y que este Jueves Santo recuperará la hermandad de Afligidos. La corporación incluirá en su cortejo a tres hermanas que representarán estas virtudes teologales, en un proyecto que se ha desarrollado de la mano con la Escuela de Arte de la capital, que es la que ha diseñado y está confeccionando los ropajes, mientras que la cofradía se ha encargado de costear y suministrar el material necesario (telas y complementos).

El proyecto de Afligidos lleva años gestándose, "pero queríamos que fuera representado en parámetros concretos y más historiado", huyendo de los ropajes sencillos que habían procesionado tiempo atrás, según explica el capiller de la corporación, José Antonio Quiñones. Ahora, ha sido posible gracias a la implicación de un grupo de profesores de la Escuela de Arte. Principalmente, destaca la cofradía del Jueves Santo, de José Luis López Hinojosa -profesor de Historia que se ha encargado del diseño y la coordinación del proyecto- y de Luisa López Estévez -profesora del taller de modelismo que está realizando la confección de los trajes-. El boceto final corresponde a Nieves Salinas, profesora del taller de Dibujos; mientras que Elvira Cano ha colaborado también junto a Luisa López en la confección de la ropa de la Fe, la Esperanza y la Caridad, en la que igualmente han trabajado seis alumnos del primer curso de Estilismo de Indumentaria de la Escuela de Arte.

El objetivo de este proyecto ha sido plasmar las virtudes teologales inspirándose en la moda española de finales del siglo XVI. Se ha pretendido -según explican desde Afligidos- plasmar el vestuario teatral de los autos sacramentales y obras religiosas, en las que los personajes alegóricos e históricos eran representados de forma anacrónica y de lo cual bebieron posteriormente los misterios procesionales en España (en cuanto a los personajes secundarios, como sayones o soldados, se refiere).

Así, la Caridad -que irá en el centro de la representación en la calle por su simbología como principal virtud- "se ha caracterizado como una dueña o prelada, ya que se identifica con la entrega y el amor que realiza la propia Iglesia a través de sus órdenes religiosas", explican. Esta virtud se representa con un hábito de terciopelo burdeos, un tocado monjil y un escapulario de raso color guinda. Además, portará un cirio de color azul (propio de la Caridad).

La Esperanza -que se situará a la izquierda de la Caridad- llevará un traje de tonos verdes y telas de raso o de damasco y se representará con una palma que portará en su mano, ya que representa a las vírgenes y mártires, por lo que va también tocada con un velo y una corona de flores. Curiosamente, la vestimenta de esta segunda virtud también está inspirada en un cuadro de Santa Úrsula que se encuentra en la Catedral de Cádiz.

Y, por último, la Fe (que personifica la imagen de una mujer combatiente) vestirá un traje de brocado en tonos cobres y color tabaco. Lleva también una túnica de color blanca, con una capa que da la sensación de ceguedad y que evita el tradicional velo en los ojos.