Festividad

La renovación del voto a la Patrona de Cádiz: "Que nuestros dirigentes estén a la altura de lo que se espera de ellos"

  • El deán de la Catedral, Ricardo Jiménez, ha sido el encargado de conducir este tradicional acto que se lleva a cabo cada 7 de octubre

  • El obispo Zornoza ha pedido a la Virgen del Rosario "la Paz para este mundo en guerra"

El obispo Zornoza se dirige hacia el altar para presidir la misa en Santo Domingo.

El obispo Zornoza se dirige hacia el altar para presidir la misa en Santo Domingo. / Julio González

Ya lo dijo el pregonero de este año a la Virgen del Rosario, el periodista Pablo-Manuel Durio, en la víspera. El 7 de octubre es el día que "Cádiz responde a Tu llamada". Con la iglesia conventual de Santo Domingo que estaba completamente llena, el día de la festividad de la Patrona se ha iniciado de manera oficial con la solemne función del voto, que como viene siendo habitual, ha estado presidida por el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy.

Junto a él, numerosos sacerdotes que han concelebrado esta misa en la que se ha llevado a cabo la renovación del voto de la ciudad como Patrona y Alcaldesa Perpetua. Con la ausencia de los miembros del equipo de Gobierno, los que sí han tenido representación han sido los ediles del Partido Popular, PSOE y Ciudadanos. Asimismo, por Santo Domingo también había algunas autoridades civiles, como la presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez; el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella; y algunas militares como el subdelegado de Defensa, Angel Javier Umbría.

El deán de la Catedral de Cádiz, Ricardo Jiménez, ha sido el encargado de renovar, un año más, el voto a la Patrona. El padre Ricardo ha comenzado su discurso afirmando que “un pueblo sin alma, un pueblo que vive de espalda a Dios, es un pueblo que cree que todo depende de su esfuerzo y que ante la contrariedad sólo sabe buscar culpables e intentar evadirse. Cádiz es una ciudad creyente, forjada por la fe en un Dios bueno a lo largo de su historia y por eso no se avergüenza de sentir la necesidad de acudir a su Patrona y reconocer en tu Divino Hijo a su Salvador”.

A continuación, el deán de la Catedral ha presentado ante la Virgen las preocupaciones y necesidades de nuestra sociedad. En primer lugar, ha pedido por los niños y jóvenes, “para que crezcan sanos y seguros necesitan hogares donde se sientan amados, escuchados, reconocidos y valorados. Los horarios que imposibilitan la conciliación familiar, los ataques que acosan a la familia, la influencia no siempre positiva de las redes sociales, la claudicación de muchos padres de su misión de ser educadores ejemplares… hacen que queden abandonados. Que nuestra juventud no sea descartada; más bien que sea tan valorada que les ayudemos a que den lo mejor de sí mismos.

Miembros de la Corporación municipal llegan a Santo Domingo bajo mazas. Miembros de la Corporación municipal llegan a Santo Domingo bajo mazas.

Miembros de la Corporación municipal llegan a Santo Domingo bajo mazas. / Julio González

Ha continuado el padre Ricardo con los descartados de la sociedad: “Santa Madre no dejes que nos acostumbremos a que en nuestra sociedad haya descartados, que siempre hallen un lugar entre nosotros. Nuestros ancianos, los enfermos, los niños no nacidos en riesgo de ser abortados, las personas que viven en riesgo de exclusión social, aquellos que no encuentran trabajo, las personas que viven aplastadas y abrumadas por el peso de preocupaciones y tristezas… En una sociedad sin alma no hay lugar para ellas. La mentira de la falsa caridad que propugna su eliminación pronto cala en un mundo que huye del sufrimiento. Te pido Madre del Rosario que no permitas que nos volvamos insensibles ante el dolor que nos rodea y que mostremos el mejor rostro de la naturaleza humana, aquel que refleja a tu Hijo Jesucristo”.

Asimismo, ha incidido en “las terribles lacras que asolan la ciudad de Cádiz”: el desempleo, la falta de vivienda, la droga, los inmigrantes no integrados, la sensación de los jóvenes de no tener un futuro en esta tierra… “Que la sociedad del descarte no lleve a que este municipio sea descartado y lo que no consiguieron piratas, invasores, cataclismos y epidemias lo logre una economía sin alma donde sólo se busque el beneficio inmediato”.

En este sentido, ha pedido responsabilidad a los dirigentes políticos. “Que nuestros dirigentes estén a la altura de lo que se espera de ellos y sean capaces de construir una ciudad donde todos tus hijos tengan un lugar y una esperanza por la que luchar”.

Por último, Jiménez Merlo ha rogado por nuestra Iglesia. “Vivimos tiempos en los que la voz de la Iglesia es necesaria que sea escuchada para que no olvidemos los caminos que nos llevan a Dios. Ayúdanos a los cristianos a ser buen olor de Cristo, a que seamos vigorosos a la hora de anunciar la fe y que vivamos con todos la caridad. Que todos los que nos enorgullecemos de llamarnos cristianos veamos cómo nuestra fe y nuestro impulso evangelizador se renuevan cada día”.

Por su parte, el obispo Zornoza ha asegurado que la protección de la Virgen en el pasado sobre la ciudad “constata que esta ciudad es una demostración histórica de cómo actúa Dios en el mundo, cómo lo transforma, actuando en los acontecimientos y en las personas, cuando imploramos su ayuda con fe y abrimos con sinceridad nuestro corazón a la gracia. Sabemos muy bien que la fe puede actuar en la vida del hombre, en la ciudad, en el mundo… y que escuchando Dios nuestras súplicas puede cambiar nuestros corazones, y hasta el curso de la historia”.

El obispo Zornorza y el prior de los dominicos, Pascual Saturio Medina, rezan ante la Virgen del Rosario antes de la misa. El obispo Zornorza y el prior de los dominicos, Pascual Saturio Medina, rezan ante la Virgen del Rosario antes de la misa.

El obispo Zornorza y el prior de los dominicos, Pascual Saturio Medina, rezan ante la Virgen del Rosario antes de la misa. / Julio González

Al mismo tiempo, monseñor Zornoza ha afirmado que “la gente que afronta la vida con sacrificio cada día, en especial cuantos sufren o están en dificultad, encuentra en María la fuerza para perseverar en el bien y hacer la voluntad de Dios con todas sus consecuencias. Y aquí, a los pies de la Virgen María, las familias, los ancianos, jóvenes y niños encuentran y refuerzan la alegría del amor, y experimentan que el amor a Dios y al prójimo son inseparables. En la súplica y en el ofrecimiento de nuestras personas a Dios vemos que la fuerza de la caridad es irresistible. El amor es lo que verdaderamente hace avanzar al mundo”.  

El prelado le ha pedido a la Virgen del Rosario la paz para este mundo en guerra. “Jesús es el príncipe de la paz, Él es nuestra paz. Vino a quitar la división de los hombres. Dejemos que entre la paz de Cristo en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestros países. Que con la paz recuperemos la convivencia, un tiempo próspero, el amor por la verdad y el bien común, poniendo siempre a la persona humana y su dignidad como columna que sostiene ese entramado de la paz”.

Para finalizar, el obispo diocesano ha tenido un recuerdo por los fallecidos en los últimos meses, en especial, por el obispo emérito, monseñor Antonio Ceballos; los sacerdotes, José Carlos Muñoz y José Manuel Daza; así como por el director del secretariado diocesano de Hermandades y Cofradías, Alfonso Caravaca.

Tras la celebración, las puertas de la Iglesia conventual de Santo Domingo han quedado abiertas donde todo aquel que ha querido, y han sido muchos gaditanos los que han acudido a este templo, han podido seguir dejando nardos y visitando a la Patrona. Como decía el prior de los dominicos, fray Pascual Saturio, este año la ofrenda ha vuelto a la normalidad y a los de años de prepandemia con la visita de muchos colegios. Y tras ello, todo queda a la espera del inicio de la procesión por las calles de Cádiz a partir de las seis y media de la tarde.

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