El miedo al coronavirus llega a los ensayos de las cuadrillas de cargadores
Vera–Cruz suspende el besamano extraordinario a la Virgen de la Soledad, que estará expuesta a la veneración por su 75 aniversario
Ramón Velázquez: "No soy quién para meter a cien tíos debajo de un paso. Hay mucho riesgo en un colectivo así"
Pase lo que pase con la Semana Santa, el coronavirus ya se está erigiendo como uno de los grandes protagonistas de la Cuaresma de este año. El comunicado del Obispado el primer viernes de marzo trasladando una serie de recomendaciones entre las que se encontraba evitar besar a las imágenes (a la hora en que Jesús de Medinaceli llevaba ya buena parte del día expuesto en Santa Cruz) puede marcar un antes y un después de estas semanas previas al Domingo de Ramos. El coronavirus está protagonizando un accidentado desarrollo del calendario normal de la Cuaresma, habiendo provocado varias suspensiones o alteraciones en estos últimos días.
La más curiosa que haya tenido lugar estos días, posiblemente, sea la que afecta a los ensayos de las cuadrillas de cargadores. Y es que son varias las hermandades que han decidido no celebrar las convocatorias previstas ante el desarrollo que está teniendo el coronavirus. El veterano capataz Ramón Velázquez decidió también suspender el ensayo que debía haber celebrado el domingo pasado con las cuadrillas de la Virgen de las Penas, de La Palma, y de la Virgen del Rosario en Sus Misterios Dolorosos, del Perdón. “No soy quién para meter a cien tíos debajo de esos pasos”, traslada el capataz, recordando que debajo de los pasos “va gente excesivamente pegada” lo que iría en contra de las recomendaciones sanitarias de evitar las aglomeraciones. “Hay mucho riesgo en un colectivo así, porque yo no tengo los aparatos esos para medir la temperatura, ni sé si un cargador se cuela en el ensayo resfriado, ni nada. No hay necesidad de esos riesgos. Quien evita la ocasión, evita el peligro, dice el refrán”, explica Ramón Velázquez, que esperar las noticias de los próximos días para retomar o no el trabajo con sus cargadores de cara a la Semana Santa.
También el pasado domingo la hermandad de Vera–Cruz suprimía la ceremonia de dar a besar la reliquia del Lignum Crucis con la que desde hace años culmina su función principal. En su lugar, se dio la bendición final con esa reliquia, que quedó luego reservada sin exponerse a la veneración de los asistentes a esa ceremonia.
El hermano mayor, Emilio Bienvenido, explica que la junta de gobierno tomó la decisión “guiados por lo que marca el Obispado y la Conferencia Episcopal Española, en base a la comunicación que se hizo pública el viernes”.
Precisamente, esta hermandad se enfrenta a una Cuaresma más intensa de lo habitual, ya que mañana (día 12) se cumplen 75 años de la bendición de su Dolorosa, la Virgen de la Soledad; una efeméride que se va a celebrar con una misa solemne presidida por el obispo, Rafael Zornoza, y que iba a dar lugar a un besamano extraordinario de tres días que ha sido suspendido. “La Virgen estará en veneración extraordinaria, como lo hemos denominado porque realmente Ella está a la veneración todo el año en su camarín”, explica Bienvenido.
Estéticamente se dispondrá el altar de besamano extraordinario que había diseñado la Mayordomía de la hermandad. Y de hecho, el hermano mayor señala que “no prohibiremos que se bese la mano, pero sí indicaremos que lo lógico es venerarla con una inclinación y con las oraciones que cada uno vea oportuno, pero no con un beso”.
A estos casos se unen otros como el de un certamen de marchas procesionales que iba a celebrarse en Cádiz este próximo día 15 y que ha sido suspendido por decisión de sus organizadores.
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