Hay tantos ejemplos como hermandades. La acción social –o las bolsas de caridad– siempre han existido y han sido muy importantes en las cofradías. Eso no es nada nuevo, que conste. Pero la pandemia que ha dejado dos años a La Isla sin su Semana Santa de costumbres y tradiciones ha visibilizado más esa faceta de las hermandades. En parte porque desde las vocalías de caridad de las juntas de gobierno se ha potenciado al ir aflorando nuevas necesidades con la crisis del Covid-19. Y también porque dicha acción social se ha adaptado a los tiempos y se ha reinventado para dar una mejor respuesta a esas necesidades que llegan a las cofradías, a las parroquias de las que estas corporaciones forman parte.

Ahí están por ejemplo las colectas a través de Bizum que la hermandad de la Sagrada Oración en el Huerto lleva a cabo a lo largo de todo el año entre sus hermanos para la campaña Cocina Solidaria Beato Marcelo Spínola, con la que ofrece menús a las familias atendidas por las Cáritas de la parroquia de la Divina Pastora. La última de ellas se llevó a cabo el pasado Martes Santo, coincidiendo con el día en el que la hermandad tendría que haber realizado su salida procesional. Se repartieron 160 menús compuestos, cada uno de ellos, de ensaladilla de langostinos, capirotitos rellenos, solomillo a la castellana, pan y torrijas que cocinó y preparó la propia cofradía. La próxima entrega se realizará este Domingo de Resurrección.

Para las hermandades, volcarse en la acción social en tiempos de crisis supone también una forma de dar sentido a estas Semanas Santas de pandemia en las que no puede realizar su salida procesional. Cada iniciativa sirve además para aunar a los hermanos con un propósito solidario y recuerda que las cofradías van siempre mucho más allá de su faceta más conocida, la de la calle.

Menús solidarios de la hermandad del Huerto.

Este Jueves Santo –jornada en la que la Iglesia celebra el Día del Amor Fraterno– la hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, a través de la bolsa de caridad Padre Arenas, hizo entrega de los diferentes lotes de roscos y torrijas –hasta 250– que repartieron entre las principales entidades sociales de San Fernando, el comedor El Pan Nuestro, el albergue Federico Ozanam de San Vicente de Paúl y Calor en la Noche, que atiende a las personas sin hogar. La idea de la campaña era ir un paso más allá de las necesidades más básicas a las que siempre se les da prioridad para que "los que más lo necesitan puedan degustar también producto típicos de estas fechas".

Columna, por su parte, asumió el Domingo de Ramos las comidas que se reparten en el comedor y el albergue con los donativos conseguidos con la venta de las balconeras para la Semana Santa que se hizo durante los días previos. Además, a través de la bolsa de caridad Virgen de las Lágrimas, se ha estado colaborando toda la semana con Calor en la Noche.

También Medinaceli, como hace cada Lunes Santo, hizo entrega de sus habituales donativos a estas entidades sociales, un gesto que desde hace años llevan a cabo en el día de su salida procesional. Y Nazareno hizo lo mismo en la jornada de ayer.

Y el propio Consejo de Hermandades –en lo más duro del confinamiento– puso en marcha la campaña Juntos Sumamos aunando la colaboración de todas las cofradías para dar respuesta a necesidades que iban demandando instituciones sociales como El Pan Nuestro, el albergue Federico Ozanam, Cáritas o Red Madre: desde guantes e hidrogeles –que tanto se necesitaban en los comienzos de la pandemia– hasta lotes de víveres para atender a las familias que menos tenían. La campaña, además, se ha vuelto a retomar esta Semana Santa para repartir lotes de víveres –especialmente productos de desayuno, que es lo que más han demandado en este momento– para todas las familias atendidas por Cáritas en la localidad.

Campaña 'Endulzando el Jueves Santo' de Misericordia.