La Tribuna Cofrade

Regalos de Cuaresma

Besamano de Ecce-Homo, con escolta romana a los lados del Señor, en la iglesia de San Pablo.

Besamano de Ecce-Homo, con escolta romana a los lados del Señor, en la iglesia de San Pablo.

La Cuaresma siempre corre más deprisa de lo que el cofrade quisiera y de lo que su cuerpo puede aguantar. Pero siempre regala mil y un momentos como el que estos días nos deja la iglesia de San Pablo, con una presentación realmente sublime del Señor de Ecce-Homo. El altar dispuesto para el besamano (que adelanta sus fechas respecto a lo que era habitual, saliéndose del Domingo de Pasión), la disposición del manto, la espalda al aire que se intuye en el espejo situado detrás, la Virgen en el camarín mayor ataviada de hebrea… Todo en San Pablo es un regalo, aderezado este fin de semana con la presencia de la escolta romana custodiando al Señor, que también suma. Enorme el trabajo de las priostías estas semanas, y tímido paso al frente de los besamanos y besapiés cuaresmales, con la presencia este fin de semana de Ecce-Homo (hasta el martes) y de la Dolorosa de La Cena.

El Huerto

Cita trascendental la del viernes en la hermandad del Huerto, con el cabildo de elecciones en el que los hermanos tendrán que decidir si Ignacio Robles vuelve al cargo para rescatar a la cofradía del olvido al que la han hundido los responsables de la diócesis, o si dejan la hermandad en manos de Sara Asencio para este difícil menester. El cabildo es otro ejemplo de las tragaderas que hay que pasar en este mundo de las cofradías de Cádiz (diócesis). La cita es en la sede del Consejo (teniendo la hermandad su sede, por ahora, en San Severiano), y el proceso llega a su punto final con el nombramiento in extremis del agustino Marcos Peña (convertido en el bombero de las hermandades) para que haya un sacerdote en el proceso, como mandan esas normas a las que cuando al de turno le viene en gana le pega una señora patada que duele en el estómago de todos los cofrades. En fin, suerte para los hermanos porque si el viernes sale todo bien, el camino que se abre en el horizonte no será nada fácil.

Carrera oficial

Los palcos ya se están montando en la plaza del Palillero. Los palcos ya se están montando en la plaza del Palillero.

Los palcos ya se están montando en la plaza del Palillero. / Lourdes de Vicente

Este lunes está previsto que empiece a tomar forma en la plaza de San Juan de Dios los nuevos palcos que permitirán ver cómo queda esa segunda fila en altura en el lateral más próximo a la calle Nueva. En paralelo, sigue el Consejo dando forma a la ocupación de sillas y palcos. Desde la calle Cobos informan que todos los palcos han sido ya reservados mediante abonos completos, lo que sigue demostrando el tirón de este modelo de distribución de sillas que las cofradías han tardado en visualizar y que la permanente de Juan Carlos Jurado quiere seguir ampliando en próximos años tanto en San Juan de Dios como en Catedral. El siguiente paso será analizar si los precios fijados para la carrera oficial en la actualidad se ajustan a lo que merecen las hermandades y al valor que tienen los cortejos de cada uno de los días. 50 euros por una silla en Nueva, 290 euros por un palco en Catedral o San Juan de Dios (de 9 sillas) o incluso 685 euros por un palco de 12 sillas en Palillero parecen precios bien bajos.

Estrenos

La Cruz mexicana que ha recuperado Columna, en la exposición de Estrenos de la Fundación Cajasol. La Cruz mexicana que ha recuperado Columna, en la exposición de Estrenos de la Fundación Cajasol.

La Cruz mexicana que ha recuperado Columna, en la exposición de Estrenos de la Fundación Cajasol. / Miguel Gómez

Vaya descubrimiento ha sido la Cruz mexicana que ha recuperado la cofradía de Columna y que Carlos Maura ha situado en su contexto histórico y en su valor artístico. Una auténtica joya de la Semana Santa gaditana que ubica a la ciudad y a la hermandad de San Antonio en el foco del arte del enconchado a nivel mundial, al pasar a ser la pieza más antigua fechada de ese arte mexicano que surgió tras el cierre del imperio japonés en 1614. Hoy termina la exposición de Estrenos de la Fundación Cajasol en San Antonio, última oportunidad para apreciar de cerca los detalles realizados en nácar sobre esta cruz pintada que esperemos Columna pueda sacar a la calle el próximo Martes Santo para abrir su cortejo.

Bandas

Si el tiempo no lo destroza, será muy curioso ver hoy por la ciudad a más de medio millar de músicos recorriendo las calles mientras interpreta música de pasacalle y marchas procesionales. El congreso de bandas ha puesto a Cádiz en el foco de la música procesional este fin de semana. Al mismo tiempo, debe servir este encuentro para sacarle los colores a la ciudad por no haber sido aún capaz de crear una banda de música. ¿Se conseguirá en algún momento?

Así no

No se trata de esto. Me niego a pensar, de hecho, que sea así, que estemos para ello, que este sea el modelo que vaya a implantarse en este mundo que si ha sobrevidido a tantos siglos, guerras, epidemias, modas y demás aconteceres es precisamente por su autenticidad y por su utilidad.

No, me niego a pensar que las cofradías son eso. Que los altares se montan, se encienden y se convierten en objeto de books que se difunden en redes como si de una competición de cirios y candelerías se tratara; porque yo aprendí de los mayores que los altares se montan sola y exclusivamente para mayor gloria de los titulares, no de las priostías, y que la cera encendida tiene un significado especial en el culto religioso y litúrgico. También enseñaban los mayores que lo que haga la mano izquierda no lo sepa la derecha, y aprendimos a recibir las donaciones sin conocer de qué donante procedían; por eso es difícil digerir lo que parece un auténtico circo en torno a una simple acción generosa de un hermano, que sale más en las fotos que la propia donación.

No concibo que desde las hermandades se lancen proclamas más propias de Europa Laica o de algún ocurrente ministerio feminista que de gente que participa de las cofradías y, por regla de tres, de la Iglesia (por más que jóvenes, mayores e incluso responsables de hermandades aplaudan tan desafortunadas palabras).

Y, por supuesto, me niego a ser partícipe de las hermandades cuyos responsables señalan a hermanos para tapar sus carencias en la gestión, se atropella la honorabilidad e integridad de determinado grupo cuando aparecen los primeros problemas e incluso a las primeras de cambio se acude a la vía civil olvidando qué son y dónde están. Por ahí no deberíamos pasar nadie (incluido el Consejo, que da cobijo a esas actuaciones; y la delegación diocesana, que mira para otro lado). Porque ahí está la clave de todo, saber qué somos y dónde estamos; porque si no, corremos el riesgo de convertir esto en simples entidades seculares que más allá de las flores, los cirios, los versos en atriles y, por supuesto, las fotos en redes sociales, están absolutamente vacías del elemento que las ha llevado hasta este siglo XXI. La autenticidad que les da razón de ser.

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