Iglesia de Cádiz

El Padre Caldelas descansará en la Catedral

  • Cinco años después de su fallecimiento, sus restos serán inhumados mañana sábado en la cripta de la sede diocesana, en su condición de canónigo y de capellán del Padre Francisco

El Padre Rafael Caldelas López, fallecido en 2014

El Padre Rafael Caldelas López, fallecido en 2014 / Jesús Marín

La cripta de la Catedral, donde descansan personajes tan destacados como Manuel de Falla o José María Pemán, recibirá mañana a otro hijo ilustre que ha tenido la ciudad en estos últimos años. El sacerdote Rafael Caldelas López, muy querido en San Roque tras medio siglo de párroco y recordado en la capital por sus años como rector de San Pablo, descansará a partir de este sábado en el principal templo de la diócesis. Así lo ha aprobado el Cabildo y la familia del sacerdote, y así se va a realizar meses después de cumplirse un lustro de su fallecimiento.

Precisamente, la legislación civil vigente no permite que un cuerpo enterrado sea exhumado hasta que no transcurran cinco años; por ello, ha habido que esperar hasta ahora para proceder a esta inhumación catedralicia, un ‘privilegio’ reservado a canónigos y obispos.

Caldelas fue nombrado, después de su jubilación como sacerdote, canónigo de la Catedral (quien sabe si previendo la Iglesia de entonces las circunstancias que ahora se van a dar); y además fue nombrado capellán de Su Santidad el Papa Francisco. Consideraciones que le valen para que sus restos mortales sean trasladados a primera hora de la mañana del sábado a la cripta de la Catedral.

La ceremonia de la inhumación de los restos comenzará a las 9.30 horas en el coro de la Catedral, donde el Cabildo procederá a las oraciones propias de esta ceremonia, tras las cuales el cuerpo del sacerdote nacido en 1915 será llevado a la cripta, procediendo a su enterramiento.

La familia de Caldelas no ve la Catedral como un lugar privilegiado para el enterramiento del sacerdote, “sino el lugar acorde a un hombre que ha estado 75 años de sacerdote absolutamente por vocación”. “El mejor lugar de la diócesis que lo representa es la Catedral, y además estará bajo el Sagrario, siendo él muy sacramental”, añade el sobrino del sacerdote, Antonio Caldelas.

Efectivamente, Rafael Caldelas ingresó en el Seminario cuando apenas contaba once años de edad, y tras doce años de carrera se ordenó sacerdote (con 23 años de edad) falleciendo “a una semana de cumplir 99 años”. Toda una vida entregada a la Iglesia diocesana, más de la mitad de ella al frente de la parroquia de Santa María Coronada de San Roque, de la que fue cura propio por oposición –una condición que en la actualidad se ha perdido, siendo los nombramientos de párrocos y rectores de templos temporales a criterio del obispo–.

“Siempre ha estado al servicio de la Iglesia completamente, sin ningún tipo de reserva ni negativa”, destacan desde la familia. De hecho, cuando llegó la edad de jubilación (75 años en el caso de los sacerdotes) el entonces vicario general, Enrique Arroyo, le propuso ser rector de San Pablo, iglesia a la que dedicó sus últimos quince años de sacerdocio activo, hasta que con noventa años se marchó a la residencia de las Hermanitas de los Pobres para seis años después ingresar en San Juan de Dios, donde fallecería en 2014.

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