Hay que llamar a las cosas por su nombre. Sin miedo. Lo que se implanta en la Bahía de Cádiz es un tren-tranvía. Y por eso que es un tren-tranvía el sistema de electrificación subterránea que actualmente funciona en algunos tramos de Sevilla es inviable. Es cierto también que, como apuntó el delegado provincial de Obras Públicas, Pablo Lorenzo, ayer, el hecho de que haya pendientes en la localidad influye.

Pero la verdad es que el rasgo determinante es precisamente el tipo de máquina que es. Una máquina más robusta porque en sus tramos interurbanos tendrá que cruzarse con trenes de alta velocidad y porque ella misma podrá alcanzar en estos tramos una velocidad que rondará los 100 kilómetros por hora. Pero eso será en los interurbanos. En los urbanos no rebasará los 20. Por eso precisamente este tren-tranvía incorpora un sistema mixto de bitensión. Lo cual quiere decir que utilizará una tensión menor en las zonas urbanas que en los tramos entre ciudades. Y quiere decir también que requiere de una mayor potencia de tracción.

Traducción: es imposible que un sistema de electrificación que utilice baterías proporcione alimentación suficiente para poder mover esta máquina. Hoy por hoy al menos, no existe. Pero esto no quiere decir que se cierre la puerta a su implantación en un futuro, cuando se idee la fórmula. Eso quiso recalcar el alcalde, Manuel de Bernardo, quien lamentó que fueran necesarios los cables para dar impulso a este nuevo medio de transporte. "Lo ideal sería que no fuera así, pero de momento es la única opción", se limitó a decir. Lorenzo, por su parte, explicó que desde la administración se había estado en contacto con todos los tranvías que se habían implantado en el mundo. Con todos. Y la que se va a realizar es la única posibilidad. Con sus palabras, ambos quisieron zanjar un debate abierto por el PP quien solicitó formalmente a la Junta un estudio al respecto. Y también por asociaciones como Casco Histórico. Aunque el debate, seguramente, no quedará zanjado.