Todos saludan a los Reyes Magos
Los isleños abarrotan todo el recorrido de la Cabalgata · Los niños vuelven a protagonizar las imágenes de esta cita navideña · A los caramelos -que se arrojaron en grandes cantidades- se suman balones de fútbol
Lo bueno se hace esperar. Eso debieron pensar ayer sus Majestades de Oriente que comenzaron su cabalgata, horas antes de pasar por los hogares isleños para dejara los regalos de este año, con más de media hora de retraso. Y eso que en la calle Real, incluso en las inmediaciones de la plaza del Rey, aguardaba desde muy temprano un número extraordinario de personas, muchos niños ilusionados, para ver pasar a los Reyes Magos.
Los que pudieron usaron los escalones de las futuras paradas de tranvía para hacer más descansada la espera. Otros no tuvieron más remedio que permanecer de pie, o en el cochecito o subidos en brazos y hombros de madres, padres o abuelos. Los mayores forman parte del tradicional paisaje del 5 de Enero, con la sonrisa dibujada en sus caras al ver la alegría de sus hijos, nietos o sobrinos. Los pequeños son la parte esencial de esta cita infantil que la Navidad regala cada año. Otros protagonistas importantes son las personas que edición tras edición desempeñan los papeles de los Reyes Magos, la Estrella de Oriente, el Heraldo Real, los pajes y el resto del cortejo que desfila por las calles de las ciudades y pueblos para que durante unas horas reine la ilusión y la magia. Terminarán cansados, pero pesará más en la experiencia la sensación de hacer felices a los niños -y a sus familias-, a los que saludan, tiran caramelos y algún que otro obsequio. Ayer, por supuesto, los escogidos para la ocasión vivieron todo eso.
Con un recorrido nuevo, saliendo de Camposoto, una de las zonas de población más densas de La Isla, con un población infantil muy elevada, la cabalgata discurrió con tranquilidad, con las carrozas bastantes separadas unas de otras. Ya la noche se había echado encima cuando alcanzaron la calle Real.
Fueron muchos los caramelos que se arrojaron ayer a las calles, para que niños y grandes llenaras sus bolsillos, bolsos y bolsas. Melchor y sus acompañantes -que al compás hacían la ola o daban palmas para animar al público- se hartaron de lanzar cantidades enormes, a puñados, sin parar. Algunos optaron ante la lluvia de caramelos por abrir sus paraguas, aunque puestos al revés.
La Estrella de Oriente abría el cortejo, y lanzaba los caramelos de Acosafe. Poco después la salinera vestida para la ocasión. El Heraldo Real, que repetía experiencia recogía las últimas cartas, la de los más rezagados. Carrozas temáticas se desperdigaban por todo el desfile, como los grupos de animación: los mickies, los pitufos, un grupo de bailarines muy marchosos o los orientales con sus juegos de fuego o el dragón.
Gaspar, el más futbolero, optó por lanzar regalos en forma de balón entre puñados de caramelos. Una saco con pelotas aparecía de vez de en cuando a sus pies y todo el mundo se ponía atento por su iba hacia donde ellos estaban. El último, Baltasar, fue el que más se hizo esperar. No en vano cerraba la cabalgata. Pero nadie, abandonó su sitio en la calle Real, cuando ya quedaban pocos metros para el final. Baltasar tiró caramelos, sonrió y saludó.
Todos saludaron ayer a sus Majestades los Reyes Magos.
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