El 'salto' de los fondos al nuevo depósito
cultura
Concluyen las labores de reordenación y reclasificación de los fondos municipales en su nuevo espacio tras el desalojo de la finca colindante al antiguo Museo y el traslado del material
Había de todo. Piezas de diversa índole que por alguna razón habían ido a parar a los fondos municipales y material -bastante- procedente de la desaparecida Fábrica San Carlos (FSC) que quedó en manos del Ayuntamiento tras el cierre de la factoría. Y durante más de una década han estado guardados en el inmueble colindante al antiguo Museo Histórico Municipal: la planta baja de lo que en su día fuera el restaurante La primera de La Isla, en la calle Real. El local empezó a ser utilizado por el Ayuntamiento en 2004. La idea, en principio, era utilizar este espacio para desahogar el Museo e incluso se llegó a hablar de una posible ampliación, que rápidamente quedó descartada. En poco tiempo -especialmente tras el cierre del Ayuntamiento para su rehabilitación y el traslado de todas las dependencias y oficinas municipales- se convirtió en un pintoresco, variopinto y, desde luego, descuidado almacén municipal.
Ahora se ha desalojado todo. El Ayuntamiento ha optado por trasladar lo que había a las instalaciones del antiguo colegio Padre Franco, que fueron habilitadas expresamente en 2016 como depósito para custodiar los fondos del Museo Histórico Municipal. Una actuación que respondía a los planes del gobierno local -cuestionados por la oposición en bloque- para reordenar las dependencias municipales y trasladar al Castillo de San Romualdo el contenido expositivo del Museo, que finalmente abrió sus puertas en el pasado mes de enero.
En febrero se inició el traslado de todo el material por parte de una empresa de mudanzas. También se adquirieron nuevas estanterías metálicas para dar cabida de manera ordenada al ingente material que ha ido a parar al nuevo depósito municipal del antiguo colegio Padre Franco. Hasta hace poco, no obstante, no se ha terminado la tarea por completo -un trabajo que ha estado coordinado y supervisado por los responsables municipales del Museo. Así se ha dado también definitivamente forma a este espacio destinado a dar cabida en condiciones óptimas y con todas las garantías a los cuantiosos fondos municipales. Se ha seguido además un criterio técnico y profesional en las labores de clasificación, se ha reordenado todo el material -el que venía de los fondos del Museo y del local colindante- y se han mejorado sustancialmente sus condiciones de conservación. El nuevo depósito ha seguido en su adecuación las pautas que ha marcado la Delegación Territorial de Cultura y reúne todos los requisitos exigidos (temperatura, humedad, ventilación...), como recuerda el gobierno municipal, que ha tenido que lidiar con las críticas que desde el primer momento ha recibido el traslado del Museo, al defender la inversión realizada y valorar el resultado final. Los fondos -asegura- están ahora en las mejores condiciones posibles de conservación e, incluso, se dispone de un espacio mucho más accesible para los investigadores.
El estado en el que se encontraba buena parte de estos fondos municipales -como puede apreciarse en las fotografías que acompañan la información- no era a menudo el más adecuado. La falta de espacio obligaba además a almacenar el material como buenamente se podía. Y las condiciones, especialmente, en el local colidante al Museo que se utilizaba como almacén eran más que discutibles. Una situación que ahora ha cambiado.
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