Diez años de obra dan para muchos quebraderos de cabeza como bien saben los vecinos de la calle Real, que llevan una década sufriendo en primera línea los mil y un achaques que arrastra consigo el proyecto del tranvía. Por eso resulta fácil imaginarse su espanto cuando han visto cómo por enésima vez varios tramos de la calle volvían a levantarse hace varios días para instalar nuevas canalizaciones en uno de sus márgenes.

Estos trabajos, que se llevan a cabo justo cuando se espera que el tranvía retome las pruebas dinámicas para su definitiva puesta en marcha, han despertado la indignación de los residentes en la arteria principal de San Fernando. Y las críticas ante el "desastre total" del tranvía y ante las reiteradas molestias e inconvenientes que acarrea la obra no se han hecho esperar. Hasta la redacción de este periódico han llegado denuncias alertando la "negligencia" de un proyecto que por enésima vez requiere abrir la calle de par en par por pura imprevisión a la hora de hacer la obra.

Todo perfectamente comprensible si uno se pone en el lugar de estos atormentados vecinos. Aunque, al menos por esta vez, la culpa de estas obras que vuelven a levantar varios tramos de la calle Real y a desatar las molestias vecinales no puede achacarse al tranvía. Nada tiene que ver con esta actuación ni la Consejería de Fomento ni la Agencia de Obra Pública de Andalucía, que son los promotores del polémico proyecto para mejorar el transporte metropolitano.

La preinstalación para la canalización de la fibra óptica y de datos de la Casa Consistorial estaba obstruida por las raíces de los árboles

Se trata, de hecho, de una obra del Ayuntamiento que tiene por objeto llevar las canalizaciones de fibra óptica y de datos hasta el Palacio Consistorial, ahora que la rehabilitación del histórico inmueble está a punto de llegar a su término.

Se trata, lógicamente, de una instalación vital para que los servicios municipales puedan funcionar con total normalidad una vez que regresen al Ayuntamiento –previsiblemente– a lo largo de 2019. De ahí el interés del equipo de gobierno en ejecutar estos trabajos.

Las obras afectan al tramo de la calle Real comprendido entre la casa Micolta –donde se localizan los servicios de informática y los servidores municipales– y las cercanías de la plaza del Rey, donde se encuentra la acometida que da servicio al edificio del Ayuntamiento. Esos son los trabajos que desde hace unos días se pueden ver en la calle Real y que –aclaran tanto desde la Junta como desde el propio Ayuntamiento– no guardan relación alguna con el proyecto del tren-tranvía y su esperada puesta en marcha.

Que haya sido necesario volver a levantar la solería en determinados puntos de la calle Real para acometer estas nuevas canalizaciones tiene también su explicación porque, efectivamente, es algo que ya se tuvo en cuenta en su día. Es decir, que existe ya una preinstalación para estas acometidas que se hizo durante la reurbanización y semipeatonalización de la calle Real que comenzó en el año 2008. Así que en principio no hacía falta volver a abrir la calzada.

Sin embargo, durante los trabajos previos se detectó una importante obstrucción motivada por el crecimiento de las raíces de los árboles plantados en la calle Real que obligó a replantearse la intervención y adoptar esta otra medida, una especie de 'bypass' –explican desde el Ayuntamiento– que permitirá sortear estos obstáculos y llevar finalmente la fibra óptica hasta el Consistorio.