El número de familias que atiende la federación de asociaciones Isla de León como entidad colaboradora del Banco de Alimentos se ha duplicado desde la puesta en marcha de esta iniciativa solidaria, a finales del pasado mes de julio. De las 39 familias que se atendieron con la primera remesa de ayudas se ha pasado ahora a un total de 76 en el reparto de víveres que la entidad llevó a mediados de octubre en las dependencias vecinales de la A.VV San Quintín, donde por sus características y condiciones se ha concentrado el almacenaje y distribución de los lotes que llegan de la central del Banco de Alimentos de Cádiz.

Hasta 1.200 kilos repartidos en diferentes paquetes se distribuyeron desde la federación durante los pasados días 13 y 14. Incluían estos víveres los alimentos recibidos en la campaña del Día del Vecino y los donados por el CEFOT de Camposoto. Inicialmente, explicó su presidente, Antonio Romero, la previsión era atender a unas 40 familias. Pero la cifra se disparó hasta llegar a las 76. Tanto es así, que desde el colectivo se quiere solicitar al Banco de Alimentos una petición para que incremente las partidas que destina al movimiento vecinal isleño para su posterior reparto.

"Hay muchas necesidades, nos llegan muchas demandas y peticiones de ayuda desde que pusimos en marcha esta iniciativa", explicó el dirigente vecinal. Por su cercanía, puntualiza, las asociaciones de vecinos conocen mejor que nadie las necesidades que existen en su barriada, las familias que verdaderamente pasan apuros y que requieren de una ayuda adicional más allá del abanico de prestaciones que se le brinda desde Servicios Sociales, las Cáritas de la parroquia y otros colectivos solidarios. Y ese es precisamente el objetivo que ha llevado a la federación de asociaciones de vecinos Isla de León a promover el reparto de víveres del Banco de Alimentos. Era una cuestión de principios, insiste Romero, que asegura que los colectivos vecinales no podían permanecer impasibles ante las necesidades que a diario se encontraban en su barriadas.

El camino no fue fácil, reconoce. Costó lo suyo que arrancara y hubo que afrontar un complicado recorrido administrativo que en un primer momento no se esperaban para convertirse en una entidad colaboradoras del Banco de Alimentos. Pero lo consiguieron. Y en el pasado mes de julio abordaron el primer reparto de víveres. Se llegó a atender a unas 150 personas. El segundo ha tardado un poco en llegar pero se acaba de hacer. Y la semana pasada llegó una nueva remesa del Banco de Alimentos a las dependencias de San Quintín para proceder a un nuevo reparto a mediados del mes de noviembre: 1.300 kilos más.

El proyecto -explica la federación de asociaciones de vecinos- va tomando forma. La idea es que pueda llevarse a cabo un reparto mensual entre las familias que lo soliciten previamente según el trámite establecido. Se calcula que el último reparto beneficiará a unas 300 personas. Y la cifra puede continuar subiendo.