Si no lo hacen por las buenas, tendrán que hacerlo por las malas. Pero el alcalde, José Loaiza, no está dispuesto a que la oposición se le suba a las barbas por un asunto -en teoría, de escasa relevancia y trivial- como es el traslado de los grupos municipales a las dependencias adecuadas por Vías y Obras en la Casa de la Cultura, en la calle Gravina.

Hace un mes que dicho traslado debería haberse consumado para dejar espacio a la nueva mesa de contratación permanente que se quiere ubicar en Alcaldía-Presidencia. Pero PSOE, CxSF (Ciudadanos por San Fernando) e IU no están por la labor. Se niegan a cambiar su sede de lugar y rechazan abiertamente el traslado alegando que el PP intenta alejarlos del núcleo en el que actualmente se concentra la actividad política y municipal -las oficinas de la calle Isaac Peral- lo que dificultaría su labor.

Ninguno de los tres grupos ha movido un dedo ni ha hecho la más mínima intención de cumplir la orden de traslado. No quieren mudarse, diga lo que diga el Gobierno municipal, que insiste en que no se pretende otra cosa que hacer hueco a la mesa de contratación permanente. Y así llevan varias semanas.

Ciudadanos por San Fernando ha denunciado que el PP ni siquiera le ha permitido fotocopiar un expediente municipal en cuya consulta estaba interesada la concejala Mayte Mas alegando que no se le dejaba porque no habían cumplido con el traslado del grupo a las dependencias de la calle Gravina.

Ayer, Loaiza se refirió a este incidente para asegurar que las críticas de CxSF estaban "fuera de contexto". Lo que sí es evidente es que el traslado de los grupos ha servido para enfrentar aún más a Gobierno y oposición y ha encrespado más los ánimos hasta llegar a momentos de tensión.

La situación, en gran medida rocambolesca, da buena cuenta de la precariedad de las relaciones que existen entre los grupos que forman el equipo de gobierno y los que están en la oposición.

En el Gobierno municipal creen que PSOE, CxSF e IU han tensado demasiado la cuerda con este tema y están dispuestos a zanjar la situación. O por las buenas, o por las malas. Loaiza lo dijo bien claro ayer al ser preguntado por cómo piensa resolver el problema: "Los grupos han sido informados de que tienen que irse, disponen de un plazo de tiempo para hacerlo -unos días más- y, si no lo hacen, habrá que recurrir a un traslado forzoso", afirmó.

Al mismo tiempo, recordó la demora de varias semanas que acumulan las obras para la adecuación de la mesa de contratación permanente, uno de los órganos cuya creación ha sido clave en la reestructuración del área municipal de Hacienda y Control de la Gestión y que todavía no ha podido funcionar a pleno rendimiento a la espera de sus nuevas oficinas. De este retraso culpa directamente el Gobierno a la oposición. Ha llegado incluso a decir que su intención es bloquear la gestión del Ayuntamiento, paralizarla.

El regidor, en sus declaraciones, dejó ver que no va a consentir que la oposición se salga con la suya y eluda el traslado de los grupos, lo que supondría para el equipo de gobierno tener que buscar una nueva ubicación para la mesa de contratación permanente.

¿Y en qué consistirá ese traslado forzoso advertido por el alcalde que, presumiblemente, a la vista del abierto rechazo de la oposición, se dará en cuestión de días? Pues, según las explicaciones de Loaiza, simplemente en que ese traslado que se espera desde hace un mes se llevará a cabo por orden del alcalde y "con todas las garantías". Operarios municipales se encargarán de coger las cosas, empaquetarlas y llevarlas a su nueva sede, en la Casa de la Cultura.

El Gobierno municipal, no obstante, confía en que la oposición recapacite y aborde por su propia iniciativa dicho traslado en los próximos días. Y recuerda el PP que cumple con su obligación al proporcionar a los grupos un espacio adecuado para el correcto desarrollo de su actividad en la oposición. Pero la organización de las dependencias municipales -insiste- es exclusiva competencia del alcalde.

Y la situación actual -desde el cierre del histórico Palacio Consistorial, hace seis años ya- dista mucho de ser beneficiosa para nadie. Hay quienes la califican en el Ayuntamiento de 'diáspora municipal' al referirse al obligado reparto de dependencias administrativas y de los servicios municipales por toda la ciudad. No toca sino ajustarse a lo que hay, apuntó en este sentido el propio alcalde hace unas semanas al referirse a la negativa de la oposición a marcharse de las oficinas de Alcaldía-Presidencia. La oposición, sin embargo, le recrimina la falta de diálogo y recuerda que hay muchas dependencias desaprovechadas.