Colocar un azulejo de cerámica en el centro de la ciudad es ya prácticamente imposible. Las ordenanzas del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico -el PEPRICH- no dejan margen para ello a pesar de los muchos que se reparten por sus calles desde hace años, lo que supone un auténtico varapalo para una costumbre cofrade de lo más extendida.

Varias cofradías han chocado ya con esta normativa. La hermandad de la Caridad ha sido la última en comprobarlo. Hace apenas unos días que el Ayuntamiento ha contestado negativamente a la petición que esta corporación realizó en el pasado mes de septiembre para colocar una de estas obras -un azulejo artístico de grandes dimensiones realizado por el artesano Antonio Linares- en la fachada lateral de la parroquia de San Francisco, su sede canónica. Se trata de una obra que ha sido donada por un grupo de hermanos en el marco de la conmemoración del 75 aniversario de la fundación de la hermandad que se presentó el pasado 16 de septiembre -coincidiendo con la salida procesional extraordinaria- y que la semana pasada, precisamente, estuvo expuesta en las instalaciones municipales del Centro de Congresos, donde la cofradía organizó también una exposición fotográfica.

Para la junta de gobierno de la Caridad, la decisión del Ayuntamiento ha sido un auténtico jarro de agua fría. Las ordenanzas del Plan Especial del Casco Histórico, no obstante, impiden taxativamente la colocación de elementos de estas características desde 2012, que es cuando la normativa toma cuerpo con la entrada en vigor del Plan General. De hecho, ha sido la comisión de patrimonio la que ha denegado tal solicitud amparándose enla normativa urbanística que impide ocupar una superficie mayor de 0,25 metros cuadrados de la fachada.

No obstante, la concejala de Desarrollo Sostenible, Claudia Márquez, ha recordado que el PEPRICH afronta ahora un proceso de revisión con el objeto de dar encaje a propuestas de mejora. Y esta actualización se quiere también plantear esta cuestión con el propósito de abrir la puerta a la colocación de estos elementos en fachada bajo determinadas circunstancias excepcionales. Por ahora, sin embargo, resulta imposible. Incluso hay expedientes abiertos para retirar a algunos que se han colocado sin autorización, como ocurre con un azulejo de la calle Dolores.