La noche caía fría en el atrio del Ayuntamiento isleño, una ubicación emblemática que se ha recuperado este año como escenario mágico para el pregón. Con un poco de retraso, como mandan los cánones, comenzó el desfile de las salineras que abre la secuencia de actos, las cuales, debidamente acompañadas, fueron subiendo a las señoriales escaleras que dan entrada hacia el Consistorio. Una vez allí, se les impusieron los antifaces que las proclamaron oficialmente como colombinas. A continuación se entregaron galardones al reconocimiento por su implicación en el Carnaval. Así, el Pierrot de Oro recayó en David Hernández Castilla El Lejía y el de Plata a la asociación de pesca deportiva La Corchuela.

No se hizo mucho de rogar la pregonera, Paz Padilla la cual, pasadas las ocho de latarde, hizo entrada de forma virtual con un video introductorio en el que la humorista gaditana intenta invitar a todos los colaboradores del programa del que ella es co-presentadora. Uno tras otro todos fueron poniendo excusas para rechazar la asistencia, incluidos Belén Esteban, Karmele Marchante o Jorge Javier Vázquez. Paz, finalmente concluye: "Me voy yo sola, que San Fernando no necesita a nadie".

Pero no estuvo sola la humorista en una alocución que alternó humor con humor y más humor. Como acompañante de excepción, el actor David Fernández, más conocido por su papel de Chiquilicuatre, interpretaba a Federico, un catalán algo despistado a la búsqueda de samba y brasileñas. "Como va a haber brasileñas aquí con el frío que hace", apuntó ella en el inicio del diálogo que conformó la base del pregón, en el que se repasaron temas de actualidad locales, como el tranvía; nacionales, como la crisis, y de siempre, como las suegras. Todo, aderezado con constantes referencias a San Fernando y el acompañamiento musical de una chirigota ilegal, la de sus hermanos, muy conocida en Cádiz, que este año lleva el nombre de 'Los Guatifalien'.

Pero antes de todo, la pregonera quiso explicarle a Federico algunas de las claves de la fiesta. La primera de ellas, el disfraz, por lo que el catalán se convirtió en médico y después en cura. "Padre, yo sé que es pecado pero estoy enamorada de usted", bromeaba la también presentadora, caracterizada durante todo el acto de corsaria. Finalmente, el disfraz más esperado, el de Chiquilicuatre, con guitarra y música incluida.

La pregonera profundizó también sobre cómo conoció ella la ciudad. "Fue por un soldado del Tercio de Armada, tan pequeño, que en vez de jurar bandera, juró un banderín", comentó entre risas. E hizo referencias al alcalde, Manuel de Bernardo, y no se olvidó de ser amable con él "porque todavía no he cobrado". Lo hizo precisamente cuando tocó el tema del paro en el país. Aludió a que, no son los parados únicamente los que no trabajan, tampoco lo hacen los funcionarios, "que se tienen que ir a las tres y a las dos ya están comiendo". Menos, claro está, en el Ayuntamiento de San Fernando. "No veas el calvo la pechá que se está dando". Habló también de los sueldos, de los diferentes nombres que tienen ahora, como el ateo, "porque no sabes si existe". Para terminar, Paz Padilla, animó a todos los presentes a disfrutar de la fiesta, a pasarlo bien, pero con moderación, "no como mi tío, que fue a hacerse un análisis y le dijeron que tenía sangre en el alcohol".