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reyes magos | la cabalgata de la ilusión sale a su hora a pesar de la lluvia

Melchor, Gaspar, Baltasar... y Darth Vader contra la fuerza de la naturaleza

  • El cortejo se sobrepone a un inicio pasado por agua, que se convirtió en lluvia de caramelos Entre sones infantiles y latinos destacó la música de 'Star Wars'

Todo había ido bien en el aterrizaje en helicóptero de los Reyes Magos en el estadio Iberoamericano y sin embargo apenas unos minutos antes del inicio de la cabalgata de sus Majestades de Oriente, la Estrella y el Heraldo Real las fuerzas de la naturaleza hicieron de las suyas para deslucir el cortejo, que a pesar de todo salió a la hora prevista. Por un día, Melchor, Gaspar, Baltasar... Darth Vader y todos los personajes míticos de Star Wars (La Guerra de las Galaxias) se pusieron de acuerdo para luchar contra la fuerza del viento y de la lluvia. Todos acabaron eso sí mojados, pero disfrutando de la ilusión que este evento ofrece a pequeños y mayores.

"Estamos aquí para traer ilusión. Nunca se puede perder, porque la ilusión mueve montañas", había señalado el rey Baltasar, en las instalaciones deportivas de Bahía Sur, donde también intervino la alcaldesa, Patricia Cavada. Numerosas familias -aunque no estaba lleno el estadio- habían acudido para recibir a sus Majestades que desde el cielo llegaban a San Fernando. En helicóptero, esta vez, alquilado. De allí partieron hacia las inmediaciones del Cobrero Viejo, desde donde en esta ocasión empezaba el desfile de pasacalles, personajes infantiles y carrozas de distintos motivos. Participaban en esta fiesta tanto niños, disfrazados para la ocasión -de duendes, pajes, personajes disneys o de pixar, animales-, como adultos.

Por un momento parecía que sus ganas por disfrutar de la cabalgata de Reyes quedaría aguada por la fuerte lluvia y el viento que poco antes de las cinco de la tarde arreció, no sólo en La Isla. Ni siquiera por esas se suspendió, ni tan siquiera se retrasó, la salida, por lo que el desfile estuvo pasado por agua tanto para sus integrantes como para el público que aguardaba en el primer tramo del recorrido. Ese arrojo tuvo su recompensa porque algo menos de una hora después, el cielo dio una tregua y la lluvia de agua se transformó para el resto de la tarde y noche en lluvia de caramelos.

El día ayudó, en esa faena por recolectar las golosinas que lanzaban desde las distintas carrozas, a que los paraguas -que tradicionalmente se abren para poder recoger los máximos posibles- proliferaran. Otros apostaban por el humor ante lo que les rodeaba y proponían a los tiradores de caramelos que los encestaran dentro de sus chaquetones. La mayoría optó por la forma tradicional de ejercer las piernas para coger del suelo las chucherías, antes de que el agua que aún cubría la superficie las echara a perder. Pisados, sin envoltorio o mojados no todos los caramelos de las ocho toneladas aportadas por la Concejalía de Fiestas, más la donaciones de empresas isleñas, acabaron en el lugar deseado: bolsillos, bolsos o bolsas de plástico.

Este trajín, de todas formas, no impidió que el público estuviera pendiente de los motivos de las carrozas, de los pasacalles o de las músicas y bailes que daban ambiente al cortejo. Por supuesto, ocupaban un lugar preferencial en la cabalgata Melchor, Gaspar y Baltasar, que pasearon subidos en sus tronos en ese orden desde el centro comercial La Atlántida hasta la plaza de la Iglesia, recorriendo casi toda la calle Real. Abría la comitiva unos papás noel verdes y detrás una carroza de fantasía de nieve que escoltaba a la Estrella de Oriente, que se presentó subida en un hermoso cisne. La seguían unos animados gatos bailones antes de la carroza de los Aristogatos. A partir de ahí los pajes se sucedían entre carroza y carroza y otros pasacalles. A la altura de la Alameda, el Heraldo Real hacía gestos para pedir más caramelos con los que sacar la sonrisa de los isleños que observaban la escena a una orilla y otra de la calle. Melchor parado un rato ante los puestos del mercadillo artesanal de Moreno de Guerra hizo felices a los presentes al arrojar, junto a todos sus acompañantes, montones de caramelos. Detrás los personajes de la última película de Pixar, Del revés (Inside-Out), competían en llamar la atención de los más pequeños frente a alguna que otra princesa de Frozen, a los Minions o incluso a los personajes de las antiguas películas y el nuevo filme de Star Wars. La banda sonora de esta creación cinematográfica llamaba la atención entre músicas Disney (que algunos adolescentes entonaban encantados), sones latinos y alguna canción navideña. Antes de las dos carrozas que se dedicaron a esta temática avanzaba Gaspar; a algunos metros la primera de estas bateas y más atrás la segunda para que Baltasar, al que le gritaban desde los balcones, cerrara la cabalgata.

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